Para atraer nuevos consumidores e intentar desestacionalizar la demanda, los principales productores de sidra buscan potenciar sus ventas con productos de alta gama, para pelearle el mercado los espumantes, que proliferaron en marcas y precios en los últimos años.

Y la estrategia parece estar dando resultado. En un mercado estable, muy concentrado en las Fiestas, las sidras premium crecen rápidamente y lograron instalarse en bares y eventos nocturnos, y así, venderse durante todo el año.

El pionero en lanzar una sidra de mayor calidad, precio e imagen fue CCU, la dueña de cervezas como Heineken, Imperial o Schneider, entre otras que en 2011 compró Sidra Real y La Victoria. En 2013 relanzó la marca 1888 Sáenz Briones, que estaba en la cartera adquirida, pero sin volumen.

"Desarrollamos 1888 Sáenz Briones, la más cara del mercado, con un producto excepcional, corcho y botella premium. Le dimos mucha difusión y realizamos muchas acciones y ya es un suceso. Estamos vendiendo 3 millones de botellas al año, a $ 90 o $ 95 al público, el triple de precio que el mercado masivo, de $ 25 a $ 30.

Trabajamos mucho para desestacionalizar el consumo, para que la gente la elija en otras ocasiones, en bares, en la noche, es algo que lleva tiempo porque el brindis está muy arraigado. Y este año 1888 duplicó su venta", explicó Javier Trucco, gerente General de Sidras de CCU Argentina. La empresa logró que 1888 aporte ya el 10% de sus ventas y los productos premium de Real (Etiqueta Negra y la nueva, con Frutos Rojos), un 5%.
Sidra Del Valle, marca tradicional que sigue en manos de la familia fundadora, los Saccani, lanzó a fines del año pasado su marca premium, 1930, que cuesta de $ 80 a $ 100, también con muy buenos resultados.

"Lanzamos 1930 casi sobre las Fiestas, en honor al fundador de la compañía, Virginio Luis Saccani, mi padre. Y este año tuvo su mayor explosión en el mercado. Pasamos de 30.000 a 600.000 botellas. El mercado premium está en pleno crecimiento. Apunta a un público de clase media alta, que bebía sidra pero la imagen no era acorde con lo que ellos buscaban", explicó Javier Saccani, director Comercial de Sidra Del Valle.

Entre las razones del crecimiento, Trucco, de CCU, destaca que la imagen de la sidra estaba desvalorizada. El cambio de imagen y nuevos productos, más las acciones en los bares, la noche y en el verano en la Costa, ayudaron a modificar esa percepción. En tanto, Saccani explicó que a mucha gente le gusta la sidra, es "un producto genuino, fácil de tomar. Al tener opciones de calidad, más gente la elige. El premium era un segmento no atendido, estimo que va a crecer de 100% a 200% por año. Con las líneas clásicas no desestacionaliza el consumo, con las premium sí", destacó.

Se venden unas 50 millones de botellas de sidra al año, la mayoría de $ 20 a $ 30; el 80%, entre noviembre y diciembre; pero hace unos años esos meses aportaban el 90%.
En el mercado más masivo compiten sidra Real, de CCU, a un precio superior, de $ 44; Del Valle, La Victoria (de CCU) y otras como La Farruca, Tunuyán y Rama Caída, de gran consumo en algunas regiones.

Si bien el consumo frente a otras bebidas es bajo, de 1,5 a 1,7 litros per cápita al año, la Argentina es el sexto consumidor del mundo.