Ya sea por la incertidumbre que depara el efecto Donald Trump , por la crisis de la Unión Europea o por la necesidad de buscar mercados alternativos, el Gobierno impulsará un rediseño de su política exterior a nivel comercial y diplomático desde los próximos meses.

 

La intención del presidente Mauricio Macri es tener una diplomacia "más agresiva en lo comercial" y con la intención de "generar mayor creatividad" en la búsqueda de nuevos mercados. Así lo comentó a varios de sus ministros en las últimas semanas, según pudo reconstruir LA NACION. Bajo esta directiva presidencial ya se pusieron a trabajar en esto la Cancillería, el Ministerio de Agroindustia y la Agencia de Promoción de Inversiones, entre otras aéreas del Gobierno.

 

La canciller, Susana Malcorra , deslizó esta estrategia el jueves pasado en una reunión que mantuvo con directores y secretarios de su ministerio. Allí les planteó una ambiciosa reforma del Palacio San Martín que pondrá en marcha en 2017. La funionaria considera que "se vienen tiempos complejos, con muchos frentes abiertos y una agenda internacional muy amplia" por lo que la Argentina deberá hacer un giro conceptual del trabajo de su diplomacia. Así, se buscará agilizar los trámites burocráticos internos de la Cancillería, realizar trabajos de "medición de progreso" de las embajadas o evaluación de resultados y la instrumentación de un "rebalanceo" de los recursos humanos. En la práctica, esto último implicará reforzar embajadas de Asia y África con profesionales de embajadas y consulados de Europa y los Estados Unidos que están con un elevado nivel de personal.

 

Macri está directamente abocado a esta estrategia de la Cancillería. De hecho, designó como nuevo secretario de Relaciones Económicas Internacionales a Horacio Reyzer, un asesor estrecho del Presidente que se abocará a cumplir tres ejes centrales en esta tarea: reforzar la Agencia de Promoción Internacional, consolidar las negociaciones económicas multilaterales con la OMC, la Unión Europea y el Mercosur, y trabajar de lleno en la presidencia argentina pro témpore del Mercosur que comienza el 15 de diciembre.

 

A su vez, la elección de Asia y África no es casual para esta nueva etapa de búsqueda de mercados no tradicionales. Macri cree que allí hay un enorme potencial de oportunidades para los productos argentinos que pueden competir muy bien con el mercado de otros países. En este sentido, el ministro de Agroindustria, Ricardo Buryaile ya puso en marcha un plan para seducir a 28 nuevos mercados que no aparecen en el listado tradicional del comercio agroexportador argentino.

 

"Hay una fuerte decisión política de ganar nuevos mercados y recuperar tiempo perdido por el gobierno de los Kirchner para posicionar al agro argentino en el mundo", dijo a LA NACION un funcionario de la Secretaría de Mercados Agroindustriales, que dirige Marisa Bircher. Esta destacada funcionaria macrista está abocada a esa tarea que le encomendó Buryaile. Bircher trabaja desde hace varios meses en coordinación con los equipos de Relaciones Económicas Internacionales de la Cancillería y el Senasa para desbarcar a pleno en 28 nuevos mercados en los que se están ubicando los productos del agro argentino a gran escala. Figuran en esa lista, entre otros, Colombia, Perú, Sudáfrica, Angola, Nigeria, México, Corea del Sur, Indonesia, Filipinas, la India, Emiratos Árabes, Arabia Saudita, Kuwait, Egipto, Canadá y Ecuador.

 

Para lograr la apertura de nuevos mercados, el Ministerio de Agroindustria trabajó en equipo con el Senasa por los controles sanitarios y se buscó la ampliación de cuotas de exportación con una ardua negociación de los niveles arancelarios. Algunos ejemplos concretos de este plan que está en marcha: en Canadá se busca aumentar el nivel de exportaciones de carne vacuna que se había perdido en la última década; en Colombia se elevó el nivel de exportaciones de arroz blanco, alimento para mascotas y carne vacuna; con Indonesia hay un intenso comercio de peras, manzanas, uvas, mandarinas, arándanos, maíz y trigo; en Emiratos se empezó a exportar miel, embutidos y bovinos en pie; en México hay un comercio de gelatina bovina comestible argentina que empezó a generar muchos dólares en los últimos tiempos con proyección futura; en Filipinas ya hay uvas, peras y manzanas argentinas y China no es sólo soja: también se empezaron a exportar uvas, alfalfa y langostinos argentinos.

 

A su vez, en la Agencia de Promoción de Inversiones que dirige Juan Procaccini se impusieron como meta buscar nuevos mercados y ampliar la oferta de productos argentinos de la mano de las pequeñas y medianas empresas.

 

Estas estrategias forman parte de un nuevo mapa geopolítico que se gestará en adelante y donde la creatividad y la diplomacia del comercio deberán ir de la mano para lograr el mayor de los objetivos del Gobierno: recaudar fondos y mejorar la presencia de la Argentina en el mundo. Esta fue parte de la agenda que Macri trató ayer en una reunión en Olivos sobre Estrategia de Inserción Económica Inteligente al Mundo, en la que estuvieron, entre otros Malcorra, sus pares Alfonso Prat-Gay, Francisco Cabrera y Ricardo Buryaile, y el jefe de Gabinete, Marcos Peña. 02