Durante los primeros días de esta semana, los precios de la hacienda comercializada en el Mercado de Liniers continuaron en una corrida bajista, especialmente en las categorías de novillos y vacas.

Sólo los terneros gordos, y en menor medida los novillitos, lograron recuperarse el miércoles, apenas para superar el promedio de la semana pasada.

Cabe destacar que la tendencia a la baja empezó a verificarse desde principios de octubre, con esporádicas excepciones.

En el siguiente gráfico se puede apreciar tanto la evolución semanal como la diaria, para los últimos ocho remates, de los precios de las principales categorías comercializadas, expresados según el promedio de cada una en valores corrientes (sin ajustar por inflación).

En valores reales

Si, además, incorporamos la evolución general de precios, que está bajando en noviembre pero que aún se ubica en el 2% en el mes, el deterioro de los valores reales de la hacienda es muy agudo.

El precio promedio de los novillos en estos últimos tres días hábiles es de $24,25, marcando una baja del 19% (deflacionado a valores de hoy) con respecto a la trayectoria de las últimas 52 semanas y una caída similar en términos interanuales.

Además, si se compara con el pico de principios de diciembre del año pasado, inmediatamente antes del cambio de Gobierno, que ciertamente fue aislado, la pérdida de valor llega a un tercio.

Y hay que remontarse a noviembre de 2013 para encontrar cotizaciones reales más bajas que la actual. Sólo entre diciembre de 2014 y enero de 2015 hubo un par de semanas en las que se anotaron precios similares a los de hoy, aunque un poco más altos.

Por el lado de la oferta

En los últimos cinco días hábiles se pusieron a la venta 25.000 animales en Liniers, un 7% más que el promedio de las 52 semanas anteriores. En tanto, en las últimas cuatro, se promedió una oferta 14% más alta que la misma comparación.

Está claro que la enorme debilidad que hoy tiene el consumo y una oferta que supera las necesidades convierten a los precios en variable ajuste, como siempre sucede en este mercado.

Parte de este mayor arribo se debe a la salida del encierre de animales enviados a feedlots en el invierno, cuando la relación ternero de invernada/novillito terminado era muy conveniente.

Otro elemento que proyecta un severo interrogante sobre el curso inmediato que pueden tomar los precios, es que la última vez que las cotizaciones llegaron a un mínimo con respecto al promedio móvil de 52 semanas fue a principios de diciembre de 2014, cuando se ubicó un 17% por debajo de esa variable.

Ese punto mínimo sucedió 14 semanas después de que la línea semanal de precios atravesó hacia abajo la tendencia de 52 semanas. Actualmente, sólo han transcurrido ocho semanas desde ese momento, lo que permite pensar que, en esta ocasión, los precios podrían tener una pérdida mayor.

Trazabilidad, con premio

En paralelo al escenario de Liniers, la industria exportadora casi no ha modificado el valor de sus ofrecimientos por los novillos pesados y trazados. Si bien se ha detectado alguna baja de 50 centavos con respecto a la semana anterior, muchos siguen con la misma oferta.
Esto hace que un novillo trazado llegue a recibir de 15 a 20% más que su equivalente sin trazar.

Estas diferencias pueden ser un estímulo importante para que más productores decidan volver al sistema de trazabilidad para exportación, que muchos abandonaron en la época de castigo a las ventas externas.

En opinión de Valor Carne, es oportuno advertir sobre lo sucedido en estos días, que refuerza el debilitamiento de precios que venimos comentando en nuestros boletines regulares. La prolongación de esta coyuntura podría tener efectos sobre el ciclo ganadero y los ímpetus de los productores para seguir con las inversiones.

Fuente: Valor Carne