El consumidor acostumbrado a derrochar la energía que producen otros debido a los bajos precios que paga deberá transformarse en un productor atento al gasto energético de su hogar y a las oportunidades comerciales que consiga para volcar al sistema nacional la energía que genere en el techo de su casa. Esa es la gigantesca metamorfosis que, según imagina el Gobierno, se producirá en la Argentina en un período relativamente corto.

Para muchos puede parecer una quimera, pero el cronograma oficial indica que el plan se pondrá en marcha el año próximo. Hay motivos que sostienen esa predicción. Por ejemplo, de manera silenciosa la figura del productor-consumidor comenzó a proliferar en algunas provincias, como Santa Fe.

La clave de la transformación tiene que ver con el desarrollo de las energías renovables, uno de los sectores que hasta ahora le trajo las mejores noticias del sector privado al presidente Mauricio Macri, con promesas de inversión por casi US$ 2000 millones en grandes proyectos.

En el caso de los hogares, el objetivo del Ministerio de Energía, a cargo de Juan José Aranguren, es tentar a los consumidores para que instalen en los techos de sus viviendas paneles solares que permitan tomar la radiación del sol para convertirla en electricidad, algo que podría aplicarse en casas y viviendas de propiedad horizontal (PH).

Quienes elijan esa opción tendrán dos beneficios inmediatos en términos de su economía cotidiana: como producirán parte de la energía que utilizan (habitualmente las instalaciones no alcanzan para cubrir todas sus necesidades), se les achicará la factura que reciben de las distribuidoras, como Edenor y Edesur.

Además, en los períodos que no usen la energía (cuando se van de vacaciones, por ejemplo) tendrán una pequeña producción excedente, que se les remunerará de una manera que aún no está definida.

En otros términos: funcionarán como inversores que harán un desembolso inicial y tendrán un ahorro y un ingreso en base al capital que pusieron.

"Está la decisión de llevar el plan adelante y queremos que las leyes salgan antes de fin de año", explicó a LA NACION el subsecretario de Energías Renovables, Sebastián Kind.

El proyecto legal del futuro desarrollo energético en los hogares ya está en el Congreso. El diputado nacional Cali Villalonga (Cambiemos), ex titular de Greenpeace en el país, presentó un proyecto para regular la generación en las casas. Es probable que la iniciativa sume propuestas de otras alternativas que también buscaban dictamen de la Comisión de Energía de Diputados.

Semanas atrás, Kind le mandó una carta al presidente de ese cuerpo para pedirle que acelere su tratamiento. Se trata nada menos que del ex ministro de Planificación, Julio De Vido.

"La ley permitirá que sea legal la generación distribuida, que puedas tener paneles solares en la terraza. Desde que esté reglamentada la ley, las casas podrían vender luz. También habría que contemplar algunos incentivos para que eso pase, hay varias alternativas", sostuvo Kind, quien no quiso dar más precisiones sobre los planes oficiales.

Las alternativas, de todas maneras, se pueden resumir: es probable que contemplen financiamiento especial para esa clase de proyectos y una conveniencia económica para quien haga la inversión.

El futuro de la iniciativa depende de ese punto. Según Pablo Ilincheta, gerente de Ventas de Solartec, para abastecer el consumo promedio de una vivienda en la Capital y el Conurbano bonaerense sin el uso del aire acondicionado se necesita un equipo de paneles solares de 1500 vatios nominales. Eso generará un promedio de 6000 watts hora/día. Su costo: US$ 4500, es decir, casi $ 70.000.

Muchas compañías industriales eligieron unidades más grandes y también más costosas, pero se pueden instalar equipos más chicos que abastezcan parcialmente las necesidades de un hogar (como la iluminación exterior, por caso).

"En los hogares, por ahora el que lo instala lo hace por una cuestión de filosofía. Hasta que no esté la ley, no es viable en términos económicos en lugares donde hay red", completó.

Experiencia local

Santa Fe es pionera en generación distribuida. Desde 2013, cualquiera tiene la posibilidad de conectarse a la red y vender la energía que le sobre en el marco del programa Prosumidores (un acrónimo que surge de combinar las palabras productores y consumidores, la versión en español del prosumer en inglés). Sin embargo, pocos lo hicieron. Hoy hay unos 10 productores, en su mayoría hogares, que comercializan su energía, y otros 10 que están completando los trámites para hacerlo, según Verónica Geese, secretaria de Energía de la provincia. Para convencer a los potenciales interesados, Santa Fe paga a los productores residenciales $ 5,5 adicionales por kilovatio, algo que facilita el recupero de la inversión.

La funcionaria explicó a LA NACION por qué decidió subsidiar esa clase de iniciativas: "Me reuní a principios del año con funcionarios del Gobierno y me dijeron que iban a apoyar la energía distribuida. Previendo eso, queríamos desarrollar proveedores en Santa Fe, algo que está empezando a ocurrir", sostuvo.

En Europa, España, Australia, e Italia tienen en marcha iniciativas para que los usuarios que tengan instalados sistemas de generación puedan vender el excedente, pero los países nórdicos, como Dinamarca, llevan la delantera. En la región, Uruguay dio el primer paso y Chile tiene desde hace años una ley que reglamenta el sistema.

Números de la energía limpia

2000

Millones de dólares

Es la promesa de inversión que recibió el Gobierno de diversas empresas para instalar grandes proyectos de energías renovables, entre las que se destacan la eólica y la solar. Fue en la primera licitación de esa clase de insumos

10

Hogares conectados

Son las casas que le venden energía a la red, todas emplazadas en la provincia de Santa Fe, que reglamentó la actividad en 2013. El Gobierno considera que ese ejemplo se puede reproducir a escala nacional, para lo que contempla la sanción de una ley que reglamente la actividad y dé estímulos a los interesados