Los precios de la soja se negociaron en baja ayer en la Bolsa de Chicago por la sostenida apreciación del dólar frente al euro, que les resta competitividad a las exportaciones estadounidenses, que, no obstante, vienen evolucionando en forma muy positiva hasta el momento. Las bajas externas, a su vez, movieron a las fábricas locales a reducir sus ofertas para la mercadería argentina disponible en la zona del Gran Rosario.

Al término de los negocios, las pizarras de Chicago mostraron quitas de 2,20 y de 2,11 sobre los contratos noviembre y enero de la soja, cuyos ajustes resultaron de 358,44 y de 361,84 dólares por tonelada. Durante la rueda, los fondos de inversión liquidaron unos 6000 contratos, equivalentes a poco más de 810.000 toneladas.

En el mercado de las monedas, ayer la relación dólar/euro pasó de 1,0973 a 1,0928 y se alejó del nivel de 1,1210 vigente un mes atrás. Este movimiento fue mal recibido por los operadores, en una campaña que demandará exportaciones muy elevadas para lograr descomprimir la entrada de la cosecha récord.

Pero si las bajas no fueron mayores fue por otro dato del mercado de divisas, en este caso brasileño, dado que la relación real/dólar pasó de 3,170 a 3,138 y tornó menos atractiva la mercadería de Brasil (es el principal proveedor global de poroto de soja) para los compradores externos.

El otro dato que amortiguó la tónica bajista fue el informe semanal sobre las exportaciones estadounidenses. En él, el USDA relevó negocios por 2.008.500 toneladas de soja, por encima de las 1.417.100 toneladas de reporte anterior y del rango previsto por el mercado, de 1 a 1,3 millones de toneladas. Además, el organismo confirmó en el inicio de la rueda una nueva operación por 192.000 toneladas a destinos no especificados.

Luego del cierre del mercado, la consultora Informa Economics proyectó en 35,83 millones de hectáreas la intención de siembra de soja 2016/2017 en los Estados Unidos, un 5,7% por encima de los 33,90 millones de la campaña actual.

En el mercado doméstico, tras cuatro ruedas en $ 4000 por tonelada, la oferta abierta de las fábricas para la soja disponible cayó a $ 3950 para las terminales de la zona del Gran Rosario. Este movimiento descendente comprendió a la mayor parte de los compradores. Otros, más necesitados de mercadería, convalidaron hasta $ 4000, pero en operaciones por lotes importantes.

Entre los operadores quedó claro que la actitud de la demanda fue más estrategia que copia de las bajas externas. "Entre la primera y la última jornada con la oferta abierta en $ 4000 el volumen negociado se vino abajo. Ahora, con la pausa puesta en $ 3950, los compradores esperan que cuando al precio retorne a los $ 4000 salga más mercadería", contó un operador, que ya perdió la cuenta de las veces que las fábricas recurren a esta táctica.

La soja nueva se mantuvo estable ayer, en 255 dólares por tonelada para el Gran Rosario. En el Mercado a Término de Buenos Aires el balance fue negativo, dado que las posiciones noviembre y mayo perdieron US$ 1,70 y 0,50 al cerrar con ajustes de 269,80 y de 258 dólares.

Respecto del maíz, las pizarras de Chicago reflejaron bajas de US$ 2,56 sobre los contratos diciembre y marzo, cuyos valores de ajuste resultaron de 138,18 y de 142,02 dólares por tonelada. Tal como se detalló en el mercado de soja, la apreciación del dólar frente al euro fue el principal factor bajista de la jornada. En este caso, la acción vendedora de los fondos de inversión fue más nociva, ya que implicó la liquidación de unos 10.000 contratos, por casi 1,3 millones de toneladas.

Las ventas externas también amortiguaron la caída del cereal. En efecto, el USDA relevó exportaciones semanales por 1.023.000 toneladas, por encima de las 873.400 toneladas del reporte anterior y del rango previsto por los privados, de 700.000 a 900.000 toneladas.

En la plaza local, la exportación pagó $ 2450 por tonelada de maíz para Rosario y para Bahía Blanca, $ 50 menos que anteayer. El cereal nuevo se mantuvo estable, en 150 dólares por tonelada.

China confirma cambios para su cosecha gruesa

PEKÍN (Reuters).- China reducirá el área sembrada con maíz e incrementará la de soja en los próximos cinco años, dijo ayer el gabinete, que reiteró las metas delineadas previamente este año, con el fin de ajustar la estructura de cultivos en el país.

El gigante asiático ha venido alentando la siembra del maíz al pagar sobreprecios por el cereal a sus agricultores. Esta política, de la que China desistió este año, ha dejado enormes reservas de maíz. Por eso, el gobierno ahora está tratando de revertir la tendencia, mientras busca, además, maneras de usar sus existencias.

El plan apunta a recortar el área de maíz en un 0,7% por año durante los próximos cinco años, para llegar a los 33,3 millones de hectáreas en 2020. La superficie de soja crecerá a 9,33 millones de hectáreas hacia 2020, por encima de los 6,53 millones de 2015.