La oferta de agua ha sido buena a nivel general en toda la provincia de ER, con máximos que tienden a recostarse sobre el noroeste, justamente una de las zonas más necesitadas de lluvia. El piso de las precipitaciones ha estado en los 40 milímetros en territorio entrerriano, algo que también se ha observado en gran parte del este bonaerense. Corredores costeros del sur y el este de BA, son los que vienen menos provistos en este mes de octubre.

La contracara de esta situación se presenta en el noroeste de BA y el norte de LP, donde las marcas pluviales han desbordado la capacidad de absorción de los suelos, provocando inundaciones y excesos hídricos. La zona ha recibido m.as de 250 milímetros, los cuales se reciben en una cuenca endorreica, y hacen difícil el escurrimiento. El área afectada se estima en unas 200 mil hectáreas, donde muchos maíces se han perdido, comprometiendo también parte de los cultivares que han sido destinados a la fina. Este panorama, en este sector de la región pampeana, ensombrece el benéfico despliegue de lluvias que viene mostrándose en el resto de la región pampeana.

La oferta de agua fuera de las zonas comprometidas por los excesos hídricos e inundaciones temporarias van traccionando el desarrollo del mes de octubre hacia lograr valores estadísticos o superarlos, no de una manera negativa, sino más bien como un paliativo del atraso que dejó septiembre.

Al presente las condiciones del tiempo lentamente tienden a mejorar, sin embargo, vemos hacia el lunes nuevamente la circulación del noreste será intensa con un fuerte aporte de humedad sobre gran parte de la Mesopotamia. Al mismo tiempo se espera que desde el oeste vuelvan a surgir pulsos que dinamicen la inestabilidad de las condiciones del tiempo, con lo cual no debe llamar la atención que en los primeros días de la semana próxima volvamos a observar precipitaciones. Estos eventos no dejarán a fuera a la franja mediterránea, por lo cual las zonas que padecen inundaciones no encontrarán alivio en lo que resta del mes de octubre.

Cuando hablamos de matices de la recuperación pluvial que propuso el desarrollo del mes de octubre, nos referimos a que esta vuelta al patrón húmedo lamentablemente debe volver a pagarse con áreas inundadas. El costo a nivel productor es muy perjudicial, a gran escala, hasta el momento han sido más las ventajas que las desventajas. Este balance es el que predomina en el análisis de toda la región agrícola.

Los cultivos de invierno ya han visto satisfecha con estos eventos sus demandas hídricas. El estado actual de los cultivares solo podría verse complicado por un enfriamiento tardío, algo muy improbable. A esta altura podemos decir que la marcha de las sementeras y su resultado final quedará definido por el nivel sanitario y en general debemos remarcar que el pulso seco de septiembre pudo sobrellevarse satisfactoriamente gracias a los niveles de reservas acopiados. Entendemos que son marginales los cultivares dentro de la zona agrícola principal, donde pudo darse una limitante hídrica que comprometiera seriamente su evolución.

En cuanto a la marcha de maíz, ahí si podríamos hacer mayor hincapié en que el pulso seco de septiembre hizo perder la eficiencia en el avance de las siembras debido a la merma de la humedad superficial. Las zonas donde se pudo implantar, han recibido por estos días un envión más que satisfactorio en su etapa de desarrollo vegetativo.

El escenario para las siembras de soja queda optimizado. Realmente los campos que están en barbecho a la espera del inicio de las labores de implantación, consolidan una posición de arranque más que satisfactoria.

Vemos de este modo que con una oferta de agua que tiende a normalizarse, la fina se va cerrando sin mayores inconvenientes y la gruesa comienza a ganar terreno dentro de un contexto que se ha vuelto más favorable.

En definitiva el lado B de la recuperación de las precipitaciones en este inicio del semestre cálido se concentra en un área restringida al noroeste bonaerense y el norte de LP, zonas que deberán lidiar con los excesos por varias semanas hasta que la evaporación comience a ser efectiva.