Esta situación, efectivamente constituida como un enfriamiento en la zona central del Pacífico central Ecuatorial, no ha logrado posicionarse con una intensidad que pueda forzar el clima del sudeste de Sudamérica hacia un comportamiento de lluvias deficitarias a gran escala.

Si bien agosto y parte de septiembre mostraron vastos sectores con zonas de precipitaciones deficitarias, las mismas son especialmente esperables y llevaderas en ese período del año y por otra parte, septiembre es un mes de transición que suele transcurrir con un adelanto o un atraso en la renovación de la oferta de agua. Queremos decir en definitiva, que los sectores que vienen quedando atrasados en los acumulados pluviales no pueden ligarse al ligero enfriamiento del Pacífico. Una forma complementaria de interpretar la actualidad de este indicador es que su efecto negativo sobre las lluvias de primavera, suele ser significativo y bajo estas circunstancias no deberían haberse observado las lluvias en la franja mediterránea. Por lo tanto, las bondades y defecciones del patrón pluvial actual se rigen bajo la influencia de la escala regional y en esta escala deberemos encontrar las explicaciones de los vaivenes de las dos variables principales del clima en lo que resta de este trimestre.

Actualmente el enfriamiento del Pacífico supera en apenas 3 décimas de grado centígrado el nivel de neutralidad. Con esfuerzo podemos clasificar a este evento como Niña débil. El pronóstico consensuado de los modelos estadísticos y dinámicos que proyectan a futuro este enfriamiento, coinciden en posicionar a este indicador sin que logre alcanzar más que 1ºC, es decir, medio grado de apartamiento desde la marca de neutralidad. Para cuantificar la situación, el calentamiento máximo del último fenómeno de El Niño fue de 3.1ºC (2.6 grados por encima de la neutralidad).

En resumen, de acuerdo a lo previsto, vemos al Pacífico central oscilando entre la neutralidad y un ligero enfriamiento, nada que pueda argumentarse como un elemento de peso para justificar una potencial seca en las principales áreas productivas del sudeste de Sudamérica

Las últimas dos campañas han sido resueltas en función a dos semestres cálidos que en su resumen pueden considerarse de húmedos a muy húmedos. A pesar de esto, hubo periodos intraestacionales caracterizados por la falta de agua, los cuales sin embargo son mayormente filtrados cuando se considera el semestre.

La campaña 14/15, arrastraba el record de precipitaciones de todo el 2014, definido por el prolongado, extendido e intenso calentamiento del litoral Atlántico. Es decir una referencia indiscutida de escala regional que aportó decididamente a la sobreabundancia de precipitaciones Por su parte, la campaña 15/16, quedó sesgada por el comportamiento de un evento El Niño muy intenso, como se sabe, un forzante climático de escala planetaria. Hacemos hincapié en el hecho de que dentro de estos contextos climáticos con patrones pluviales sobredimensionados se han observado períodos secos. Esto no hace más que evidenciar el aumento de la variabilidad climática intraestacional, lo cual fuerza el movimiento de las precipitaciones hacia los extremos.

La campaña que vamos desandando no presenta ninguno de los dos elementos que, en las dos campañas anteriores, promovían un escenario donde las lluvias tendían a superar los valores normales (en un período extendido). Las dos campañas precedentes, posicionaron como más frecuentes los problemas vinculados a los excesos que a la falta de agua. En general en momentos en que faltaron las lluvias, la seca no se volvió extrema. La campaña actual no parece encaminada hacia ese comportamiento. Esto quiere decir que en el recorrido del semestre cálido, posiblemente no encontremos tanto respaldo en las reservas de humedad y así un pulso seco puede convertirse en un síntoma más severo que en las dos campañas pasadas.

Como se ha manejado la oferta de agua hasta el momento, parece más probable que se den máximos pluviales algo corridos hacia el oeste, con una oferta normal o ligeramente deficitaria al desplazarnos hacia el este.