Cuando se intenta controlar insectos de suelo como chinches de los cuernos en maíz, complejo de gusano blanco e isocas cortadoras, entre otras, es común usar insecticidas piretroides o Clorpirifos.

Este tipo de tratamientos pueden ser altamente ineficientes ya que las moléculas que no se encuentran específicamente preparadas para ser aplicadas en el suelo, van a terminar adhiriéndose al rastrojo, combinándose con los coloides del suelo o siendo afectadas por la luz solar, y perdiendo su eficiencia al ser utilizadas, más allá de los costos ambientales que este tipo de práctica pueda generar.

Nuevas formulaciones como las emulsiones de aceite en agua (EW) se distinguen por su alta solubilidad y porque no quedan retenidas en los rastrojos; se lavan muy fácilmente, no sufren foto-degradación por acción solar y llegan a la superficie del suelo rápidamente. Mustang® de DuPont® es un insecticida EW con Zetametrina, uno de los ingredientes activos más estables y con mayor “Knock-down”; (poder de volteo) del mercado. Es ideal para tratamientos de suelo con rastrojo en superficie ya que no queda retenido en él, y está especialmente recomendado para control de orugas cortadoras y chinches de los cuernos, además de picudo, barrenador del brote.

Entre las recomendaciones a tener presente antes de elegir un insecticida para suelo en cultivos de girasol, maíz, soja o algodón, se destacan:

El nivel de depuración del isómero de piretroide usado en su formulación.

El coeficiente octanol / agua, lo que habla de su acción y estabilidad.

El nivel de solubilidad y disponibilidad para penetrar rastrojos y llegar rápidamente al hábitat de las especies a controlar, y no quedar adherido la rastrojo.

El nivel de penetración en la cutícula de los insectos, de forma tal que mejore la eficiencia de control, particularmente en orugas presentes en suelos con alta carga de rastrojos, llamado “Knock-down”.

Todas estas características se conjugan en Mustang® de DuPont, lo que le permite brindar una solución en la implantación de cultivos, donde las pérdidas iniciales de plantas significan pérdidas finales de kilos producidos. Y menos rentabilidad.