Maizar presentó la primera medición real de emisión de gases efecto invernadero que se realiza en la Argentina, un estudio de la huella de carbono en la cadena de valor de cuatro productos: maíz convencional, maíz flint, almidón de maíz y bioetanol.

Si bien se sabía que las metodologías creadas por el Panel Intergubernamental para el Cambio Climático (IPCC) en 1996 sobrestimaban las emisiones del agro, particularmente en el caso de la Argentina, hasta ahora no se tenía una medición concreta y completa para probarlo.

"Ahora sabemos que la diferencia es muy importante", dijo Martín Fraguío, director ejecutivo de Maizar. "Si para el caso del maíz convencional, que es el segundo grano en importancia del país, esos inventarios postulaban una emisión de 170 por tonelada, ahora sabemos que es 60, abarcando absolutamente todo el proceso: la semilla, el camión que lleva la semilla, la sembradora, el tractor, la cosechadora, el transporte, la secadora y todo lo demás implicado, hasta llegar a destino".

Según Maizar, el estudio servirá para evaluar cuánto contribuye el campo argentino en el cambio climático y fortalecer su competitividad ante las barreras comerciales presentes y futuras ligadas a cuestiones ambientales.

La entidad que agrupa a la cadena del maíz lideró este proyecto de huella de carbono con un equipo de profesionales argentinos y del exterior con la conducción de la doctora Carmen Virasoro. La iniciativa fue posible gracias al apoyo financiero de la Corporación Andina de Fomento (CAF) y a la colaboración de cuatro empresas para realizar las mediciones: Cargill (para el maíz convencional), Dacsa (maíz flint), Glutal (almidón de maíz) y Promaíz (bioetanol). El trabajo contó también con el apoyo de las cámaras Cafagda y Biomaíz.