El fenómeno climático La Niña se presentaría como una versión debilitada durante el verano en América del Sur, lo que reduciría los riesgos de pérdidas en las cosechas de soja y de maíz por el clima seco que acompaña al evento en la región, dijeron ayer a la agencia Reuters especialistas en climatología.

"Los efectos de La Niña, que según los modelos (climáticos) sería débil, recién se sentirían en el verano, sobre todo entre fines de diciembre e inicios de enero", dijo a Reuters Stella Carballo, experta del Instituto de Clima y Agua del INTA. La especialista añadió: "Creo que vamos a sortear muy bien el inconveniente, dado que tenemos mucha agua en los perfiles. Se esperan lluvias en octubre y en noviembre, con lo que vamos a tener buena humedad para la siembra gruesa (soja y maíz) y para el momento de definición de rindes del trigo".

En el sur de Brasil, los pronósticos de una versión moderada del fenómeno climático también generan alivio a los productores. "Esta Niña no está apuntando hacia una sequía, es un proceso que está comenzando y que, por tanto, no va a tener la capacidad de generar una sequía en el Sur", dijo Patricia Madeira, meteoróloga de la consultora Climatempo. Y fue más contundente al afirmar que el fenómeno "será bueno para la próxima cosecha de granos. No tiene nada que traiga preocupaciones para los agricultores. Las lluvias van a ser irregulares, pero van a estar", señaló.

En Paraguay, en tanto, las previsiones también señalan la llegada de una Niña tardía y debilitada. "Su presencia se daría en noviembre o en diciembre, lo que significa que nos va a encontrar con toda la soja plantada; a un mes de su cosecha, y con bastante reserva de agua en el suelo", dijo José Berea, presidente de la Cámara Paraguaya de Exportadores de Cereales y Oleaginosas. "Estamos atentos a lo que puede suceder, pero no vemos síntomas para una preocupación seria", añadió.