Con la doble intención de allanar el camino de la Casa Rosada en la disputa judicial y de amortiguar el malestar que despertaron los aumentos en la tarifa del gas en la población, el gobierno de Mauricio Macri anunció ayer topes en los incrementos.

El Ministerio de Energía, a cargo de Juan José Aranguren , modificará los cuadros tarifarios vigentes de manera que un hogar no pague este año más del 400% respecto del mismo período de consumo de 2015.

Así, un cliente residencial deberá multiplicar por cinco las facturas del año pasado para saber cuál será el techo del aumento que recibirá este año, siempre que su consumo haya sido mayor. Por ejemplo, para un usuario que el año pasado pagó 500 pesos durante el período mayo-junio, este año la factura no podrá superar los 2500 pesos para ese bimestre.

Para los comercios, en tanto, regirá un tope del 500%. En esos casos se deben multiplicar por seis las facturas de 2015. Así lo anunció ayer el jefe de Gabinete, Marcos Peña, en la Casa de Gobierno, junto con los ministros Aranguren y Germán Garavano (Justicia).

Las modificaciones en el cuadro tarifario serán retroactivas al 1° de abril, el día en que comenzaron a regir los aumentos del gas. Fuentes oficiales recomiendan no pagar las boletas que llegaron en los últimos días hasta que quede firme la nueva situación del sector. Los que ya pagaron recibirán una nota de crédito.

El nuevo esquema puede conducir a situaciones ridículas si se las compara con la intención original del Gobierno y con el mensaje que el propio presidente Mauricio Macri dio ayer a favor del ahorro de energía. Sucede que quien haya recibido en los últimos meses una factura abultada no tiene grandes estímulos para hacer ahorros, dado que todo el excedente por encima del 400% se le perdonará y lo pagará el Estado a través de subsidios.

Por la mañana, al relanzar el programa Procrear, Macri había pedido "consumir la menor cantidad de energía posible". Y a la tarde, a través de Twitter, dijo: "Enfrentamos un problema de escasez de energía y cada año consumimos más. Durante la última década pasamos de exportar gas a importarlo. Necesitamos moderar nuestro consumo y volver a producir para recuperar el equilibrio energético, mientras atendemos en la transición a las familias que más lo necesitan".

Pese a eso, Aranguren y el equipo del Gobierno encargado de discutir las cuestiones tarifarias prefieren no calificar los cambios en la política como una contramarcha. En una reunión cerrada, el ministro de Energía mencionó ayer esas modificaciones como "un puente" para llegar al destino esperado. Eso sería algo así como un país capaz de ahorrar energía y con precios que paguen su costo de producción. Según estimaciones privadas, los usuarios de energía pagan a razón de un tercio de su costo de producción.

En todos los casos, la diferencia por la baja de las tarifas la pondrá el Estado. Según las estimaciones que manejaba ayer el Gobierno, la marcha atrás implicará un incremento de $ 8900 millones en los subsidios a hogares y un total de $ 11.800 millones en transferencias del sector público si se consideran también los comercios. Es una mala noticia para el ministro de Hacienda, Alfonso Prat-Gay , porque el incremento en subsidios pondrá mayor presión sobre el déficit fiscal que su cartera intenta controlar.

Aranguren insiste en que la cuestión tarifaria no sólo implica el tema fiscal, sino ante todo energético, debido a que el país no tiene hoy mayores chances de atender el incremento de consumo.

Pelea judicial

El Gobierno espera que la reversión del plan original también caiga bien en los estrados. Hoy presentará un recurso extraordinario en la Sala II de la Cámara Federal de La Plata, que el jueves pasado falló en contra de los aumentos y suspendió los nuevos cuadros tarifarios en todo el país. Si ese tribunal deniega el pedido, la administración de Mauricio Macri irá en queja a la Corte Suprema, que de todas maneras deberá definir la cuestión (Garavano explicó que "dentro del diálogo institucional" se habló con representantes de ese tribunal).

El Gobierno irá con un argumento concreto a la Cámara: en su búsqueda de suspender los aumentos, su fallo también canceló la aplicación de la tarifa social, que beneficia a 1,55 millones de hogares. Por ese motivo, los sectores más desprotegidos podrían encontrarse con una factura mucho más grande que la habitual.

En paralelo, la catarata de medidas cautelares que fueron otorgadas contra los aumentos de gas quedará sin sustento desde hoy, cuando se conozca la nueva manera de calcular las facturas, debido a que los cuadros tarifarios que las provocaron serán viejos.

Otra de las decisiones que comunicó ayer el Gobierno fue adelantar la renegociación integral de las tarifas al último trimestre de este año. Las primeras audiencias públicas, que no son vinculantes y pesan sobre el transporte y la distribución del insumo, pero no en lo que respecta a su producción, se realizarán en octubre. Aunque es probable que esa auditoría recomiende aplicar aumentos sustanciales, fuentes oficiales explicaron ayer a LA NACION que el Gobierno puede aplicarlas parcialmente. Es una de las apuestas para evitar en 2017 las contramarchas de este año.

Aranguren carga desde hace días con una planilla que utiliza para explicar las idas y venidas del gas. El cuadro muestra que en febrero de este año, cuando aumentaron las tarifas de luz, se dio el pico de calor para ese mes desde 2011, mientras que en junio se desplomaron las temperaturas, que empujaron el consumo de gas.

Otra hoja muestra que los clientes denominados R3-4, de mayor consumo, incrementaron 49% su demanda del recurso, mientras que los que menos lo utilizan lo hicieron 19 por ciento.

Marchas y contramarchas

Los ejes de los cambios en materia de tarifas de gas

El gobierno nacional anunció ayer que se pondrá un tope de 400 por ciento al aumento de las facturas del gas, retroactivo al mes de abril. En el caso de los comercios, el límite será de 500 por ciento. Los usuarios, según anunciaron los colaboradores del presidente Mauricio Macri deberán ahora esperar que les llegue una nueva facturación.

El jefe de gabinete, Marcos Peña, achacó buena parte del problema de las subas del gas a las imprevisibilidades del clima en los últimos meses. Afirmó que las temperaturas de abril y mayo pasados "fueron las más frías de los últimos 60 años", lo que derivó en un mayor consumo de energía

El Gobierno presentará además un recurso para que no se aplique el fallo de la Cámara Federal de La Plata, que días atrás suspendió los aumentos tarifarios en todo el país, hasta que quede resuelta la situación. La Casa Rosada busca evitar de esta manera que se suspenda la aplicación de la tarifa socialMarcos Peña achacó gran parte del problema de las subas del gas a las imprevisibilidades del clima. Aseguró que las temperaturas de abril y mayo "fueron las más frías de los últimos 60 años" El Gobierno presentará un recurso para que no se aplique el fallo de la Cámara Federal de La Plata, hasta que quede resuelta la situación y evitar así que se suspenda la aplicación de la tarifa social

Del editor: ¿qué significa? ?La sábana corta que dejó el kirchnerismo salta a la vista en las carencias energéticas; las marchas y contramarchas en la materia son de cuño macrista.