Los verdeos de verano necesitan, al menos 120 a 150 días libres de heladas para poder completar su ciclo de desarrollo. Los más utilizados en nuestro país, tanto para pastoreo directo como para confección de reservas forrajeras, son: sorgos de tipo forrajero o de pastoreo, sileros y graníferos, maíz, moha, mijo y soja.

“Su inclusión creciente en distintos sistemas de producción de carne y leche obedece a que en períodos de sólo 3 a 4 meses son capaces de producir  de 8 a 12 tn MS/ha, y a veces más” explicó el Ing. Agr. Jorge Castaño, del INTA Balcarce.

Para su correcta implantación y posterior producción de forraje, estos cultivos necesitan que se cumplan dos requisitos básicos, enfatizó Castaño “la realización previa de un buen barbecho químico que controle las malezas y permita acumular agua en el perfil del suelo, y que el suelo alcance una temperatura mínima estable de al menos 12ºC en el caso de maíz y de 15 a 16ºC en los sorgos, razón por la que se los siembra ya comenzada la primavera, por ejemplo noviembre en el centro y sudeste de Buenos Aires”.

El profesional agregó que la distancia entre líneas de siembra variará según el destino del cultivo. En caso de sorgos forrajeros para pastoreo directo se recomienda sembrar de 35 a 45 cm entre líneas, ya que permitirá el desplazamiento de los animales en pastoreo a lo largo de los surcos. Si fuese para el ensilaje de planta entera de sorgo o maíz, la distancia entre líneas debiera ser de 52,5 cm. Para confeccionar rollos, los menores espaciamientos, de 17,5 a 23 cm, son los más adecuados. De esta manera se producirá una mayor competencia entre plantas y se obtendrán tallos finos, que son más fáciles de desecar y enrollar.

Sobre otros aspectos del cultivo Castaño explica “Una vez emergido el cultivo, su ritmo de crecimiento es muy alto. Si las condiciones ambientales son favorables (temperatura, agua y nutrientes) entre 5 y 7 semanas posteriores el cultivo alcanza los  50 -70 cm de altura, momento de realizar el primer aprovechamiento en el caso de los sorgos forrajeros”.

Este primer pastoreo temprano es clave para poder hacer un uso eficiente del mismo y favorecer un buen rebrote. Nunca dejar alcanzar los  90-100 cm de altura, para evitar el pasaje al estado reproductivo. Si esto sucediera, aún con cargas animales altas no se podrá evitar la encañazón y floración.

“En todos los casos, estos pastoreos ocurrirán en épocas con alta temperatura ambiente, y si consideramos la alta carga animal que usualmente se utiliza en los sorgos, la provisión de agua en cantidad y calidad pasa a ser un componente muy importante del sistema y no debe descuidarse” enfatizó el profesional.

Sobre los cultivos de sorgo silero o maíz que son destinados a ensilajes de planta entera, práctica en la cual se permite a la planta completar el ciclo de desarrollo, Castaño comentó “el momento del corte y picado es en plena etapa reproductiva. En el maíz, es cuando el grano se encuentra en ´un cuarto de línea de leche´ (una cuarta parte del grano está líquida y el resto sólido). En el grano de sorgo no se observa la línea de leche. Se toma como guía los granos del tercio superior de la panoja, deben estar duros, pastosos los del tercio medio y líquidos los del tercio inferior”.

“Un verdeo de verano bien manejado, en este caso sorgo forrajero, podrían sostener 100 novillitos o vaquillonas durante 10 días de aprovechamiento. Esto se traduciría en 400-500 kg de carne producida por hectárea de sorgo” concluyó el técnico.