Panorama fitopatológico del cultivo de soja

Por Silvia Graciela DISTEFANO, Laura Carolina GADBAN y Lisandro German LENZI

Introducción

En la región pampeana central, las precipitaciones fueron frecuentes durante los meses de noviembre de 2013 y febrero, marzo y abril de 2014, mientras que en diciembre y enero fueron escasas y se asociaron con altas temperaturas. En los últimos tres meses de la campaña hubo un incremento de la humedad relativa, acompañado por una reducción en la temperatura (Cuadro 1). Estas condiciones propiciaron la aparición de “damping off” en las sojas de primera, con menor intensidad en las de segunda. Las enfermedades foliares aumentaron su incidencia a partir del mes de febrero y mantuvieron una baja tasa de incremento hasta finalizar la campaña. El síndrome de la muerte súbita fue la enfermedad de raíz y tallo con mayor prevalencia.

Factores tales como falta de oxígeno por planchado de suelos, bajas temperaturas y ocurrencia de lluvias después de la siembra provocaron una demora en la germinación con las consecuentes muertes de plántulas y semillas. Los patógenos causales de damping off fueron principalmente Phytophthora sojae y Rhizoctonia solani, que se manifestaron durante el mes de noviembre, cuando la soja de primera se encontraba en los primeros estadíos vegetativos (V2, V3). Los niveles de incidencia en los lotes en general no superaron el 10%, sólo en escasos lotes fue necesaria la resiembra.

La mancha marrón (Septoria glycines) se detectó desde estadíos vegetativos en la mayoría de los lotes, con niveles de incidencia y de severidad en general bajos. En casos excepcionales (asociados a las zonas donde el cultivo tardó en cerrar el entresurco), los niveles de severidad superaron el 20% entre los estadíos R3 y R4, y se aconsejó la aplicación de fungicidas foliares.

El tizón de la hoja y mancha púrpura de semilla (Cercospora kikuchii) se observó en las sojas de primera a partir de los estadíos R4 y R5, después del incremento de las precipitaciones del mes de febrero. En algunos lotes los niveles de incidencia en plantas alcanzaron el 100%, con severidades de 5 a 10% que se mantuvieron hasta el final del ciclo del cultivo.

A partir de la primera quincena de febrero, la mancha ojo de rana (MOR-Cercospora sojina) se detectó en lotes sembrados con variedades susceptibles. Sus niveles de incidencia y severidad se mantuvieron bajos hasta finalizar la campaña, sin justificar la aplicación de fungicidas foliares para su control. Esto pudo ser ocasionado por diversos factores, entre los que se incluyen menor humedad relativa, temperaturas diurnas y nocturnas más bajas y menos horas de heliofanía que en las campañas con epifitias importantes (campañas 2008/09 y 2009/10).

La roya asiática de la soja (Phakopsora pachyrhizi) fue detectada a principios de febrero en el litoral del país con bajos niveles de severidad. En nuestra región se observó a mediados de abril, incrementando su intensidad hacia fines de ese mes y principios de mayo sobre cultivos de segunda sembrados en fechas tardías que se encontraban en estadíos reproductivos avanzados (R6 y/o R7). Al mismo tiempo se registraron casos de oídio (Microsphaera diffusa), que no redundaron en pérdidas de rendimiento.

A lo largo de toda la campaña se observaron otras manchas foliares con niveles de incidencia y severidad bajos causadas por agentes fúngicos (Phyllosticta sojaecola, Alternaria spp., entre otros) y bacterianos. Estas manchas se detectaron tanto en sojas de primera como de segunda, sin afectar el rendimiento en ninguna de ellas. También se registraron casos de “micromancha”, cuya sintomatología fue confundida con MOR.

Entre las enfermedades causadas por hongos de suelo, se destacó el síndrome de la muerte repentina (Fusarium tucumaniae) con una prevalencia en la región mayor que años anteriores. Los lotes afectados manifestaron niveles de intensidad generalmente leves, aunque en casos puntuales se detectaron incidencias de hasta un 30%. Además, en lotes con gran desarrollo vegetativo se observó la presencia en plantas aisladas de podredumbre húmeda del tallo (Sclerotinia sclerotiorum).

Por último, cabe destacar el registro de numerosos casos de daños provocados por aplicaciones inoportunas, con dosis excesivas, derivas y/o residualidad de herbicidas, aceites o coadyuvantes. Fue frecuente la observación de síntomas como “hoja cucharita”, quemado, manchas foliares semejantes a MOR, acortamiento de entrenudos, coloración marrón rojiza en nervaduras y nervaduras paralelas.

Las lluvias frecuentes durante el llenado de grano y la cosecha demorada por falta de piso favorecieron el avance y progreso de patógenos en semillas, principalmente en las sojas de segunda. Los géneros encontrados con mayor frecuencia en las muestras fueron Aspergillus, Alternaria, Fusarium, Cercospora kikuchii, y Phomopsis. Dado que algunos de estos hongos afectan el poder germinativo, se recomienda realizar análisis sanitario de la semilla guardada a sembrar en la campaña 2014-2015.

Sugerencias para la próxima campaña

El Instituto de Clima y Agua del INTA, igual que los centros meteorológicos internacionales, pronostica un año Niño para la próxima campaña agrícola (2014-2015). Aún no se definió la intensidad que tendrá este fenómeno, pero se prevé un verano lluvioso en una amplia región del país. Sin embargo, como todos los años en los que ocurre este fenómeno, existe la posibilidad de que ciertas áreas sufran deficiencias hídricas.

Una campaña que se inicia con suelos muy húmedos y bajas temperaturas puede ocasionar problemas al momento de la implantación del cultivo de primera en las siembras tempranas, como demoras en la germinación y un incremento en la incidencia de patógenos que causen “damping off”. Ante este escenario, es conveniente contar con semillas de buen vigor y poder germinativo, así como el curado de las mismas con curasemillas de amplio espectro.

Si bien la presencia de inóculo es el factor primordial para el inicio de cualquier enfermedad, las lluvias frecuentes, la alta humedad ambiente y las horas de mojado foliar durante los estadíos reproductivos son también condiciones indispensables para la aparición de algunas patologías como bacteriosis, mancha marrón, tizón de la hoja y mancha púrpura en semilla, mancha ojo de rana, mildew, roya de la soja, oídio, entre otras de menor importancia. El progreso de cada una de ellas dependerá también de otros parámetros climáticos como las temperaturas que caractericen la campaña y la heliofanía, y de factores tales como el comportamiento varietal y el manejo del lote. Por ejemplo, variedades susceptibles, temperaturas altas y más de ocho horas de mojado foliar son condiciones óptimas para el progreso de mancha ojo de rana y el tizón de la hoja. Humedad ambiente alta y temperaturas de alrededor de 20ºC predisponen la aparición de enfermedades como mancha marrón, mildew, roya de la soja y oídio.

Las lluvias abundantes también contribuyen a la aparición de enfermedades que afectan raíces y tallos en lotes donde el inóculo está presente y las variedades son susceptibles. Entre estas, el síndrome de la muerte súbita se presenta como la más prevalente y problemática en las últimas campañas. Cuando las precipitaciones están acompañadas con temperaturas frescas durante los primeros estadíos reproductivos del cultivo, también es probable la aparición de la podredumbre húmeda del tallo. Otras enfermedades que podrían afectar el cultivo en condiciones de abundantes precipitaciones son cancro del tallo (Diaporthe phaseolurum var. meridionalis y Diaporthe phaseolurum var. caulivora) y podredumbre marrón (Cadophora gregata).

La calidad de semilla depende de las condiciones climáticas que ocurran durante los últimos estadíos reproductivos (R5 en adelante) y el tiempo que se demore la cosecha. Altas temperaturas y humedades relativas (clima cálido y húmedo) predisponen a un mayor deterioro de la semilla. Con estas condiciones es frecuente encontrar patógenos como Fusarium, Phomopsis, Colletotrichum, Aspergillus, Penicilium, Alternari y Cercospora, géneros que afectan el poder germinativo y el vigor de los granos.

Las escasas certezas en las proyecciones climáticas dificultan la realización de un buen pronóstico sanitario. Ante esto, para reducir las probabilidades de pérdidas importantes de rendimiento a causa de enfermedades en el cultivo de soja, se sugiere:

- Seleccionar cultivares con buen comportamiento frente a las principales enfermedades detectadas en la región y en el lote a sembrar.

- Analizar la calidad de las semillas a utilizar y definir el tratamiento de las mismas con fungicidas curasemillas.

- Realizar monitoreo del cultivo en forma periódica, incrementando su frecuencia ante condiciones predisponentes.

- En el caso de no contar con una variedad resistente y alcanzar los umbrales de daño de una determinada enfermedad foliar, ante la posibilidad de condiciones climáticas predisponentes para la misma, seleccionar un fungicida y realizar aplicaciones oportunas. Son numerosos los productos registrados para el control de enfermedades foliares en soja y la decisión de aplicación y del tipo de producto a utilizar debe ser tomada junto a un asesor, dependiendo de los niveles de incidencia y severidad, estado fenológico del cultivo, estado general del lote y las condiciones ambientales.

Bibliografía

Distéfano, S.G. & Giorda, L.M. (eds.). 1997. Enfermedades de la soja en Argentina. INTA Centro Regional Córdoba. 72 pp.

Instituto de Clima y Agua. 2014. Evolución de las actuales condiciones climáticas - Tendencia a mediano y largo plazo. Boletín semanal. INTA. Vol. 6 Nº 281. 11 pp.

Ivancovich, A. 2011. Enfermedades de soja: diagnóstico y manejo. Ediciones INTA. 79 pp.