Desde el lunes y hasta fin de mes, una reducida pero destacada delegación del servicio sanitario de la Unión Europea recorrerá el país para verificar las condiciones de producción en las plantas habilitadas por el Senasa argentino para exportar carne a la comunidad.

Si bien la visita de la Dirección General de Sanidad y Protección del Consumidor (DG Sanco) es de rutina, la última de este tipo prendió una luz de alerta para la Argentina. Hace cinco meses, la Unión Europea suspendió temporariamente las exportaciones del frigorífico Arre Beef que tras un breve lapso retomó los envíos por el hallazgo de la batería Escherichia Coli en un bife argentino servido en un restaurante europeo.

Si bien esa planta no estaba en el programa de visitas de los auditores en junio pasado, una alerta enviada durante su visita impulsó una inspección sorpresa, que puede volver a ocurrir esta vez si surge una situación similar.

Por eso, los frigoríficos que están avisados de la visita de la Unión Europea, están ajustando las clavijas para evitar sorpresas desagradables.

La delegación llega al país con un programa que incluye la inspección a un puñado de plantas, recorridas técnicas y charlas, además de encuentros con funcionarios del gobierno argentino y autoridades del Senasa.

Los auditores van a revisar, no solamente las instalaciones de los frigoríficos para ver que se cumplan las normas de higiene, seguridad y bienestar animal, sino que también van a evaluar los sistemas llamados de trazabilidad que permiten seguir el recorrido del animal desde el campo hasta la góndola o el restaurante europeo que lo entregan a los consumidores de ese continente.

Otro tema de interés para los inspectores es la aftosa, después de que el vecino país de Paraguay sufriera un brote hace poco más de un año que puso en alerta a la región y obligó a extremar las precauciones para evitar contagios y sanciones comerciales generalizadas.

La inspección de la Unión Europea cobra mayor importancia si se tiene en cuenta que este año la Argentina debería enviar 30.000 toneladas de Cuota Hilton a ese bloque comercial. Se trata de la carne premium que entra a Europa con un arancel diferencial cuyo valor global, según el precio actual de la tonelada, ronda los u$s 480 millones.

En la distribución de este cupo, el grupo brasileño Marfrig (controlante de Quickfood en la Argentina) recibió 2.700 toneladas, mientras que su coterráneo JBS (dueño de las plantas que fueron de Swift en el país), accederá a 2.065 toneladas. Les siguen los locales Arre Beef (2.300 toneladas), Friar (1.962), Gorina (1.843), Rioplatense (1.750), Ecocarnes (1.204), Logros (1.200) y Bernal (ex Finexcor, con 1.277 toneladas).