Más de la mitad de la superficie productiva argentina está atravesando una catástrofe climática, indicó en un informe la asociación de productores Aacrea. Según la entidad, la gravedad de la sequía de esta campaña agrícola está en su intensidad y en la dispersión en todo el territorio, a diferencia de otros años, en que la seca se dio en regiones puntuales.

“La cosecha de trigo fracasó en buena parte de las regiones cerealeras”, señaló Aacrea, y agregó que “los cultivos de maíz y de girasol fueron liquidados en muchas zonas productivas por la falta de agua”. Según la entidad, la última carta del ciclo 08/09 se juega con una cosecha de soja “que pueda venderse a precios aceptables. Si esa carta no sale, la crisis actual podría llegar a ser un grato recuerdo”, sentenció el comunicado.

Mientras el campo reclama una baja de retenciones y asistencias por sequía, Aacrea apuntó que la elevada presión impositiva potencia los desastres naturales, y a esto se suman las “restricciones financieras y bajos precios de los granos, la leche y la hacienda”.

Según el relevamiento de la entidad, la sequía afecta a la región que se encuentra entre el sur de las provincias de Buenos Aires y La Pampa, atravesando las principales regiones bonaerenses, para luego trepar por toda la extensión de Entre Ríos, centro y norte de Santa Fe, Corrientes, Chaco, Formosa, Santiago del Estero y norte de Córdoba.

Casos perdidos

Aacrea planteó casos concretos como el de Fernando Selasco, un tambero de la localidad entrerriana de Nogoyá. La escasez de lluvias afectó el sorgo que plantó para alimentar a las vacas de su tambo, “mientras que las sojas sufren un ataque feroz de hormigas”, dijo el productor, preocupado porque en 15 días se habrá terminado el alimento bovino que tiene. En toda la provincia, las 158.000 hectáreas sembradas con maíz están prácticamente perdidas.

En localidades puntuales del norte de Buenos Aires, durante el año pasado llovió menos de la mitad que lo habitual. En la zona de San Pedro, muchos campos no lograron recibir más de 400 milímetros de lluvia, contra los 1.000 usuales.

En el norte de Santa Fe se vive la peor sequía de los últimos 70 años. La cosecha de trigo fracasó, los rindes de girasol fueron bajos y de pésima calidad y la mayor parte de la soja aún no se pudo sembrar por falta de agua. Como las vacas ya no tienen qué tomar, muchos productores piden que alguien les compre su hacienda a un precio regalado. En el centro de la provincia, la cosecha de trigo fue un fracaso y la mayor parte de los maíces se perdieron y ya pe ligra la evolución de la soja.