Winston Churchill fue un militar, escritor, político y estadista inglés, de impresionante influencia en la primera mitad del siglo XX, que además de ser un gran demócrata, se destacó por su oratoria y su pluma que utilizó ilimitadamente y que le permitió resumir con gran agudeza y sabiduría, profundos conceptos en breves sentencias. Sobre los empresarios, a quienes consideraba una raza aparte, dijo: “Para algunos, la empresa privada es una fiera sedienta de sangre; para otros, una vaca lechera a la que hay que ordeñar. La realidad es que es un robusto percherón que debe arrastrar un carro muy pesado”.

En el mes de Noviembre pasado, vinieron a Bs As, a la Expomanagement, destacados líderes y ejecutivos que brindaron conferencias sobre el mundo empresario. Entre ellos se destacó la presencia del ex Alcalde de Nueva York, Rudolf Giuliani, quien estaba en funciones cuando ocurrió el atentado a las torres gemelas el 11/09/2001, y cuya actuación y liderazgo en tan caótica situación, le significó reconocimiento mundial. A tal punto que muchos analistas políticos norteamericanos lo consideran un candidato presidenciable para las próximas elecciones del 2008. Me resultó interesante constatar que en un reportaje que LNR (La Nación Revista) le hace a Giuliani, éste comenta que uno de sus ídolos y ejemplos es precisamente Winston Churchill.

Estas dos anécdotas despertaron en mí la curiosidad por conocer un poco más sobre la vida de este gran personaje del siglo pasado. Leyendo la biografía escrito por el abogado cordobés Juan Martín Allende, el único sudamericano que escribió una de las 700 biografías que existen, encontramos en la página 33 los consejos que recibió el joven militar a fines de 1895, cuando apenas tenía veintiún años. Relata Allende que Churchill, entonces recién egresado de la Academia Militar de Sandhurst como Oficial del Cuarto Regimiento de Húsares de caballería liviana, se encuentra en Nueva York con el abogado de origen irlandés Bourke Cockran, amigo de la familia de su madre, quien le transmitió las siguientes recomendaciones:
“Lo que la gente realmente quiere oir es la verdad y esto es lo excitante; diga siempre la verdad”.
“La tierra es una madre generosa. Proveerá gran abundancia de alimentos para todos sus hijos a condición de que cultiven el suelo en un ambiente de justicia y paz”.
“En una sociedad en que hay tolerancia democrática y libertad bajo la ley aparecerán mucho males, pero dándoles tiempo, esos males generarán su propia cura”.

Es interesante la versión de Churchill sobre cómo se obtiene el éxito:
“El éxito es la capacidad de ir de un fracaso a otro, sin perder el entusiasmo”. Y es evidente que así lo vivió. Fue nombrado por primera vez Primer Ministro británico en 1940, a los 65 años de edad, cuando estalla la Segunda Guerra Mundial. Lidera con gran carisma, lucidez y energía, el triunfo de las fuerzas aliadas, pero finalizada la guerra, en 1945, es derrotado en las urnas cuando aspira a ser reelecto. Se postula nuevamente en 1951 y sale electo Primer Ministro por segunda vez, cargo que ejerce hasta su retiro en 1955. En el interim, en 1953, recibe nada menos que el Premio Nobel de Literatura por sus famosas Memorias, de donde abrevan todos sus biógrafos.

Como concluye Allende al final de su biografía: “Si miramos retrospectivamente este relato de la vida tan intensa de Winston, llegamos a la conclusión que vivió para servir a la humanidad”. Ojalá muchos líderes políticos y empresarios, como Rudolf Giuliani y miles de emprendedores que luchan día a día por sacar adelante sus empresas, se inspiren en la vida de Winston Churchill.