Por Federico L. Pike, Consultor de Agrositio RR.HH. para el Agro

Indudablemente, que marcan un camino a seguir. Recordemos, que a mediados del 2004, en el Congreso de Asagir, hizo una muy buena presentación Carlos Bianchi, – entonces, recién desvinculado de Boca Juniors – quien colmó la sala del Hotel Hilton. Muchos pudimos corroborar nuestra favorable impresión de Bianchi como líder, como una persona sencilla y a la vez culta y accesible.
A más de dos años de esa presentación, se nos ocurren las siguientes reflexiones, comparando el deporte con la empresa..

(1) Claridad de Objetivos. En el deporte asociado, como el fútbol en este caso, (o el hockey, o voleibol), el coach interviene con un grupo humano que tiene un objetivo bien preciso: ganar un campeonato a “nivel macro” y, a “nivel micro” ganar los partidos los fines de semana (paso a paso), metiendo goles en el arco contrario y evitando los goles del rival. Para estos objetivos, las reglas de juego están escritas, en lenguaje sencillo, y son conocidas por todos los miembros del equipo. Además, la cancha está bien delimitada. El grupo humano es bastante homogéneo, tanto en rango de edad como en nivel cultural, son todos del mismo sexo, están todos viviendo la misma problemática social y personal en esa temprana etapa de sus vidas y en definitiva, a todos los une la pasión por ese deporte en particular.
Para el líder empresario, lograr la Claridad de Objetivos es una tarea muy difícil y compleja. Los .Objetivos son más difusos, frecuentemente, ni siquiera están claramente definidos. Por lo general, no hay “Manuales de procedimientos”. Como si esto fuera poco, los clientes, el mercado y el contexto económico y político, obliga al empresario/a a redefinir permanentemente sus objetivos y estrategias de logro de los mismos. Esto implica, adoptar diferentes estilos de liderazgo. Todas estas variables en permanente mutación, hacen que los objetivos sean mucho más difíciles de comunicar, no sean entendidos de la misma manera por todos los miembros de la empresa, donde la diversidad del grupo humano es el signo distintivo. Además, hay otros motivos particulares y únicos de la historia de cada empresa, que cada lector/a podrá imaginar con solo unos instantes de introspección sobre sus experiencias personales. Podríamos resumir diciendo que en la práctica, al empresario/a, le están “corriendo el arco” con mucha frecuencia, o lo que es lo mismo, cuando trabajosamente va logrando las respuestas apropiadas a los problemas que enfrenta, (respuestas muchas veces logradas con un costoso y duro proceso de “prueba y error”), abruptamente, le cambian las preguntas.

2) Foco en el Lugar de Trabajo: El coach deportivo, focaliza su trabajo en los entrenamientos y luego en la concentración previa al partido, en donde dispone de un espacio particular, específico y sin interferencias externas. En este contexto, el líder deportivo encuentra un marco ideal para corregir hábitos inadecuados, desarrollar nuevas competencias individuales, así como coordinar el trabajo en equipo, diseñar estrategias defensivas y ofensivas, y estudiar al rival (la competencia) a derrotar el próximo partido.
El líder empresario debe manejarse con lugares de trabajo amplios, diversos y dispersos, multiculturales, desconocidos. Focalizar en este contexto, es una capacidad crítica. Creemos que no es necesario ahondar demasiado en este concepto, en un mundo globalizado e interconectado, con compañeros de trabajo en otros países, con otras culturas, con diferencias de edades muy amplias, etc. Quien escribe estas líneas, de cincuenta y tantos años, trabaja a la par y en equipo con jóvenes, algunos menores que su hija menor.

3) Optimo nivel de Motivación: A través de los dos puntos señalados, el líder deportivo logra óptimos niveles de estados anímicos /emocionales / motivacionales de sus jugadores, lo que en el mundo empresario se conoce como “orientación al logro de objetivos”. Además, este “estado óptimo”de plena entrega por parte del jugador, en el fútbol debe durar dos tiempos de "45 minutos.
El líder gerencial, debe manejarse en contextos donde los niveles de motivación e intensidad son muy variables. La empresa se parece más a una agotadora maratón olímpica de 42 kms, no un sprint de 100 metros llanos como fue el campeonato mundial de Alemania, que duró 30 días. Los requerimientos motivacionales, de resistencia física y fortaleza anímica que debe ejercer el empresario, (perseverancia, energía, buen humor y tolerancia a la frustración) deben ser de largo aliento.

4) El deporte es competencia. En general, a la naturaleza humana la motiva y le divierte competir, derrotar al rival. Entonces, la esencia del deporte facilita enormemente la tarea del líder deportivo. El Coach puede influir con más facilidad en sus dirigidos y posibilita altos niveles de rendimiento deportivo y entrega personal. Además, el coach por lo general ha sido un deportista exitoso y este hecho le permite ejercer un estilo de liderazgo predominante basado en la autoridad y el paternalismo.
En la empresa, muchas veces el trabajo es visto como una carga, suele haber poco espíritu deportivo, (no hay un rival bien definido), y en la mayoría de los casos, dadas las enormes presiones del mundo moderno, es difícil lograr ambientes de alegría y de confianza entre los miembros de la empresa. El estilo de liderazgo predominante ha de ser la persuasivo y participativo, basado en el ejemplo y la conducta del líder en su lucha diaria.

CONCLUSIÓN:

Retomando la preciosa exposición de Bianchi en el 2004, y comprobando el posterior ciclo exitoso de su sucesor Basile, se nos ocurre pensar que gran parte del éxito de Boca Juniors en los últimos años, ha de tener mucho que ver con una destacada capacidad gerencial de su presidente Macri, quien seguramente habrá sorteado con idoneidad los contextos empresariales expresados en los segundos párrafos de los cuatro puntos analizados, ejerciendo su liderazgo más como un malabarista y equilibrista que como un coach deportivo.

Por Federico L. Pike, Consultor de Agrositio RR.HH. para el Agro