A las puertas de la trilla de maíz y soja, comentamos los recientes hechos que impactan en ambos mercados.

Como sabemos, no importa tanto si el USDA estima correctamente el futuro inmediato.

Realmente, importa lo que dice porque los inversores se basan en sus proyecciones a la hora de comprar o vender.

El 8 de marzo publicó una nueva proyección.

Lo publicado ese día resultó en un cuadro diferente a lo esperado por los operadores, tanto en lo que se refiere a la soja como al maíz.

Los ajustes, publicados allí, fueron de escasa consideración.

Mostró una suave reducción en el volumen de cosecha en América del Sur por lo que el mercado global apenas corrigió los precios, en leva baja. Se trata del nivel más bajo desde noviembre del año 2020.

Una mirada a marzo del año pasado revela la fuerte caída de los precios.

El gráfico es ilustrativo (precio en bushells):

El USDA, entonces, para Brasil redujo su estimación de 156 a 155 millones de toneladas, aunque elevó la expectativa de exportaciones de grano sin procesar, de 100 a 103 millones de toneladas.

Respecto a la Argentina el USDA no efectuó ningún cambio. La producción fue estimada otra ven en 50 millones de toneladas.

La impresión que tenemos es que la proyección, tanto para Brasil como para nuestro país, es demasiado optimista.

Por tal razón, aguardamos que, en un futuro cercano, la corrija a la baja.

Otra noticia que, de cumplirse, tendrá alto impacto en el precio local de la soja proviene del ministerio de Economía.

Como lo hemos mencionado anteriormente, la tasa de devaluación mensual (crawling peg) va muy por debajo de la inflación, por lo que el peso argentino viene apreciándose desde mediados de diciembre pasado. Este es un problema que se agrava día a día.

Tal apreciación del peso va generando una situación de pérdida de competitividad de nuestras exportaciones.

A consecuencia de ello, aparentemente, se está estudiando revivir una suerte de dólar-soja, es decir un nuevo tipo de cambio diferencial destinado exclusivamente a los exportadores.

De concretarse tal medida, es posible que el dólar pase a un nivel entre $.1100 y 1.200.

Veremos que información pueda recogerse con el paso de los días.

En tanto, el mercado de Chicago de este miércoles fue suavemente favorable. Mayo subió USD 0,28 y Julio, USD 0,64, fundamentalmente, por compras de oportunidad efectuadas por los fondos de inversión y por la mejora del precio del aceite.

Tal mejora resulta de la posibilidad de que India aumente las importaciones de aceites vegetales alternativos al aceite de palma por la menor entrada de mercadería por parte de los principales oferentes, Indonesia y Malasia.

El cuello de botella se origina en la política de Indonesia y Malasia dirigida a incrementar la producción local de biocombustibles, cuyo insumo es, justamente, el aceite vegetal.

Por lo expuesto, es posible que la soja haya llegado al piso, con un panorama algo alentador.