IN: ¿En qué anda Mateo Salvatto hoy?

Mateo Salvatto: Demasiadas cosas. ¿Tenés tiempo? De todo, la verdad. Hoy, como hace tantos años, el foco principal de mi semana sigue siendo Asteroid, mi empresa. Ya somos 25 personas que trabajamos. Tenemos un producto que asiste a cientos de miles de personas con discapacidad. Y luego lo que hacemos es que trabajamos con empresas para ayudarles a ser más accesibles en sus operaciones. Nuestros productos siempre son gratuitos, por eso tenemos servicios para financiar lo que hacen. Somos una empresa social, pero con fines de lucro al fin y al cabo.

IN: ¿Operan en Argentina y dónde más?

MS: Estamos en pleno proceso de internacionalización. Tenemos noticias muy buenas, estamos creciendo a países limítrofes y también, por suerte, a Norteamérica y a Europa. Estamos en Argentina, y ahora mientras hablamos estamos desembarcando en Uruguay, Chile y México. Y el foco está puesto mucho en Europa para el 2024. Venimos muy bien con eso. Y bueno, la empresa está creciendo tremendamente. Hace seis meses éramos 10, ahora somos 25 y vamos a seguir creciendo, así que súper bien.
IN: Mateo, quienes te escuchan o quienes te leen, se quedan con una idea romántica del emprendedorismo, ¿no? En tu perspectiva, ¿cuáles son las principales trabas que encuentra un emprendedor en Argentina?

MS: Yo soy muy optimista, ¿verdad? Y trato siempre de comunicar desde la buena onda, desde las perspectivas positivas. Es cierto que yo trato de decir mucho en las charlas que emprender no es lo que pintan a veces en las redes. “Bueno, hice una app, en dos meses la publiqué, me pusieron diez palos verdes y soy rico”. Ojo, hay gente que le pasa eso, pero en general dura bastante poco. Porque no es que te pusieron diez palos verdes, sos rico y se terminó ahí, ¿no? Hay que laburar para mantener eso.

IN: Hay que laburar para eso, ¿y gambetear algunas trabas?

MS: Sí. Obviamente en la Argentina lo primero que se tiene en la cabeza es la parte económica, los sistemas impositivos. La realidad, técnicamente, podría ser que las reglas cambian todo el tiempo. Que te corren el arco todo el tiempo. Eso pasa en muchos países, pero en Argentina estamos acostumbrados. No podés hacer un cash flow a proyección o saber que dentro de dos días ha cambiado el dólar y tenés que cambiar todo. Estás todos los días haciendo el número de vuelta. Eso obviamente es lo primero que se tiene en la cabeza. Pero además, abstrayéndonos de la Argentina, para mí, la dificultad que es enorme es liderar equipos, es algo muy difícil. Yo creo que no te lo enseñan en ningún lado. Eso se aprende haciéndolo. Y es complicado. Hay gente que le sale más natural, digamos. Yo creo que para mí fue un proceso de aprendizaje interesante. Más que nada cuando arrancás de muy pibe, porque te toca liderar gente más grande que vos.

IN: ¿Disciplina mata talento?

MS: Sí, yo creo que sí. No de forma totalmente absoluta. Es un mix. Pero yo siempre lo dije: es una carrera de resistencia, no de velocidad. Vos podés ser el mejor programador del mundo, pero si a la primera que tu aplicación no anda bien o te ponen una estrella o te putean un poco porque no funciona algo, te frustrás y lo dejas, y… ¡te vas a quedar ahí! Yo creo que al final termina siendo exitoso el que se levanta todos los días para seguirlo intentando, antes de que el que más sabe. Ojo, sin subestimar la formación, que es una cosa recontra relevante. Pero yo creo que todo se aprende, o casi todo se aprende al final del día. Ser perseverante es fundamental: meterle, meterle, meterle, meterle, meterle y no rendirte hasta que te salen las cosas.

IN: Hoy con tu empresa tenés 25 personas trabajando con vos, ¿cómo te imaginás de acá a 10 años?

MS: Espero que este proyecto y otros en los que estoy embarcado ahora, que tal vez no están tan crecidos o tan públicos, les siga yendo bien, se sigan creando cosas interesantes y que podamos generar esto que te digo, de forma sostenible, proyectos de tecnología que ayuden a mejorar la accesibilidad, a insertar más y mejor tecnología en la Argentina y obviamente podamos crecer internacionalmente, pero desde Argentina para el mundo. A mí lo que me motiva mucho es eso. Yo quiero que Hablalo!, nuestra solución, sea un estándar. Que vos camines por la calle y veas los loguitos, como ves el loguito de la tarjeta de crédito, que el de Hablalo! indique que este es un local accesible. Pero quiero que sea algo argentino y que esté en el mundo y que también al mismo tiempo pueda ser al revés.

IN: ¿Hasta qué edad te imaginas que vas a vivir?

MS: Esa es una pregunta filosófica. Siendo totalmente frío y estadístico, yo estoy convencido de que, obviando factores imponderables, mi generación puede llegar a los 100 años tranquilamente.

Fuente: Infonegocios