Con al menos 131 personas fallecidas y cientos desaparecidas, los sobrevivientes relatan horrores de bolas de fuego que arrasaron con todo a su paso, impulsadas por una velocidad y letalidad nunca antes vistas. La principal causa de esta tragedia, según expertos, es el cambio climático, que ha elevado las temperaturas a niveles récord.

Raúl Cordero, climatólogo de la Universidad de Santiago, explica que, aunque los fuertes vientos de verano son habituales en Chile, lo que diferenció a estos incendios fue la intensidad del calor, exacerbado por una combinación mortal de cambio climático y el fenómeno de El Niño. Estos factores contribuyeron a crear condiciones óptimas para que el fuego se extendiera con una rapidez y alcance sin precedentes. Las temperaturas inusualmente altas, junto con una sequía que ha azotado al país durante 15 años, crearon una masa de vegetación seca extremadamente inflamable.

Esta situación no es única de Chile. En Argentina, el Parque Nacional Nahuel Huapi en la Patagonia también sufrió incendios forestales que devastaron miles de hectáreas, mientras que Brasil enfrentó incendios en la selva amazónica durante una sequía inducida por el cambio climático. La crisis en Chile, sin embargo, destaca por su magnitud y el número de vidas perdidas.

Los científicos advierten que, a medida que el cambio climático continúe intensificándose, eventos climáticos extremos como estos incendios forestales se volverán más frecuentes y severos. César Morales, experto en agua de la Universidad de Chile, señala que la sequía prolongada ha preparado un terreno fértil para desastres de esta naturaleza, al secar la vegetación y hacerla más susceptible al fuego. La combinación de altas temperaturas, sequía y patrones climáticos alterados por el calentamiento global y El Niño, configura un escenario donde los incendios forestales no solo son posibles, sino probablemente más mortales en el futuro.

"Sin El Niño o el calentamiento global, es muy poco probable que hubiéramos tenido los mortales incendios forestales de la semana pasada", concluye Cordero, subrayando la importancia de reconocer y actuar frente al cambio climático como un factor crucial detrás de estos desastres naturales. Este evento sirve como un sombrío recordatorio de las consecuencias mortales del cambio climático y la urgente necesidad de adoptar medidas para mitigar sus efectos.