Este conflicto se originó tras la decisión de México, anunciada en un decreto presidencial de 2020, de prohibir el maíz transgénico en la dieta humana, citando riesgos potenciales para las variedades nativas de maíz del país y posibles amenazas para la salud humana.
En respuesta, Estados Unidos solicitó un panel de disputas bajo el pacto comercial de América del Norte (T-MEC), argumentando que la medida mexicana viola los compromisos comerciales establecidos y carece de fundamentación científica. "Este caso es crucial no solo por el maíz biotecnológico sino por el principio de que las naciones deben adherirse a los acuerdos comerciales firmados y basar las relaciones comerciales en evidencia científica", enfatizó McKalip durante la conferencia de la Asociación Nacional de Departamentos Estatales de Agricultura.

México es un comprador significativo de maíz transgénico estadounidense, adquiriendo aproximadamente 5 mil millones de dólares anuales, principalmente para uso en alimentación animal. La resolución de esta disputa es clave para el sector agrícola de ambos países.

Los procedimientos están avanzando, con miembros y presidente del panel de disputas ya seleccionados y los argumentos programados para presentarse más adelante en 2024. Hasta el momento, los representantes de la Secretaría de Agricultura y la Secretaría de Economía de México no han emitido comentarios sobre las declaraciones de McKalip.
Este conflicto subraya la importancia de la ciencia y el cumplimiento de acuerdos internacionales en las relaciones comerciales globales, y su resolución podría sentar precedentes para futuras disputas comerciales relacionadas con la biotecnología y la seguridad alimentaria.