Esta meta ambiciosa surge en un contexto de desafíos marcados por los precios internacionales en declive y el impacto de la sequía en las exportaciones del año pasado. Sin embargo, las proyecciones son optimistas, anticipando un aumento del 10% al 15% en la producción en comparación con la anterior zafra, donde se sembraron 1,23 millones de hectáreas. La superficie destinada a la oleaginosa se espera que alcance los 1,25 millones de hectáreas.

Nicolás Naredo, asesor en el departamento de Durazno, destacó que la soja sembrada sobre colzas primaverales ha mostrado un desempeño sobresaliente. Por otro lado, Diego Guigou, gerente de producción agrícola de ADP, señaló que a pesar del atraso en la siembra, que reduce el potencial y el rendimiento de los cultivos, las previsiones de precipitaciones son alentadoras para una buena productividad.

A pesar de una recuperación reciente del 0.28% en el precio de la soja, alcanzando los 449,10 dólares por tonelada en el mercado de Chicago, el precio de la oleaginosa ha tocado el mínimo de los últimos dos años. Los especialistas apuntan a que el aumento de las lluvias, que ha impactado positivamente en el rendimiento de las cosechas, y la incertidumbre en torno a las importaciones de China, están ejerciendo presión sobre los precios.

Con estos datos, el sector agropecuario de Uruguay se prepara para un año crucial, buscando balancear los desafíos de la siembra y el mercado global con el objetivo de lograr una cosecha histórica en 2024