Nuestra Cámara, la más antigua del país y con más de 90 años de historia, nuclea a molinos de Santa Fe, Córdoba, Tucumán y Buenos Aires, abarcando aproximadamente el 60% de la molinería nacional. La Provincia de Santa Fe es la tercera en importancia respecto a la molienda total a nivel nacional (después de Buenos Aires y Córdoba) y también lo es a nivel de exportación de harina, contando con un total de 26 molinos inscriptos en el RUCA.

Cabe señalar en primer término que como sector comprendemos la necesidad y la urgencia del Gobierno Nacional recientemente electo en tomar medidas que nos permitan atravesar la grave crisis actual y en la que se hace imperiosamente necesario que todos pongamos por delante el interés del conjunto por sobre los intereses particulares.

En segundo lugar, debemos señalar que la molinería argentina está distribuida geográficamente en todo el interior profundo así como en importantes ciudades, con una estructura claramente federal que impulsa las exportaciones de PyMES a lo largo y ancho de todo el país; y tiene la posibilidad cierta de convertirse en un pilar de la recuperación económica del país, ya que posee una capacidad ociosa instalada de aproximadamente el 50%, pudiendo llegar a exportar hasta alrededor de 5,5 millones de toneladas de harina de trigo al año, teniendo en cuenta que actualmente sólo exportamos alrededor de 600 mil/año. Para lograrlo, necesitamos que desaparezcan los Derechos de Exportación (DEX), no que se los aumente.

Los principales destinos actuales de exportación son Brasil y Bolivia, cuyos volúmenes vienen decayendo año a año, sobre todo debido a la brecha cambiaria que favorecía el contrabando en detrimento de la exportación. Actualmente, al resto de los destinos potenciales, el África Subsahariana, Sudeste Asiático, América Central y Caribe, y resto de Sudamérica, se nos hace imposible llegar, ya que cargamos con desmesurados costos logísticos y de fobing y además somos castigados con un 7% de DEX, cuando nuestros competidores –por el contrario- no tienen que soportar esas cargas, siendo que algunos, además, son subsidiados por sus gobiernos (caso de Turquía, nuestro principal competidor).

Es por esa razón que necesitamos con urgencia que los DEX desaparezcan y nos permitan aumentar nuestras exportaciones y convertirnos en un pilar de la recuperación de nuestro país.

Para dimensionarlo en números, en el 2018 desde nuestra provincia se exportaban aprox. 160 mil toneladas de harina por año y hoy sólo se exporta el 50% de ese volumen.

Sabemos que la propuesta de elevar los DEX de la harina de trigo (NCM 1101.00.10) del 7% al 15% incluidas en la Ley de “Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos”, tiene como propósito cubrir la actual emergencia y que el Gobierno Nacional ha explicitado que es claramente contrario a los DEX y que los mismos sólo durarán hasta cerrar el déficit; y estamos dispuestos a acompañar esta urgencia. Pero el proyecto, tal como está hoy y aunque fuera transitorio, resulta lapidario para las exportaciones de harina de trigo y pellets.

Actualmente, mientras el trigo tiene 12% de derechos de exportación, la harina tiene un 7%, siendo el porcentaje de la harina un 58,3% inferior al trigo, pero el proyecto de ley propone igualar ambas alícuotas con lo que la harían sería castigada con un DEX sustancialmente mayor que el trigo.

Cabe además aclarar que a diferencia del trigo, cuyos mercados son permeables al cambio de proveedores, la pérdida de un mercado de harina es muy costoso y trabajoso de recuperar.

Dadas las consideraciones efectuadas más arriba, las alternativas que nuestro sector considera como las adecuadas serían, en orden decreciente:

 a) Alternativa 1: La inclusión de la harina de trigo y el pellets de afrechillo de trigo dentro de los complejos exportadores mencionados en el art. 206, eliminando los DEX (ver Anexo);

b) Alternativa 2: Dejar a la harina de trigo y al pellets de afrechillo de trigo en el nivel de DEX actual es decir en el 7%, incluyéndolas en el art. 204;

 c) Alternativa 3: La misma consiste en no afectar la diferencia porcentual existente y plenamente justificada entre los DEX del trigo y de la harina. Para que al menos se conservara la diferencia porcentual de los DEX actualmente vigentes (12% trigo / 7% harina), el nuevo DEX de la harina no debería nunca superar el 8,75%, para lo cual se propone modificar los arts. 201 y 205 de la Ley.

Las consecuencias de esta imposibilidad de exportar sin dudas serán:

Ø un menor ingreso de divisas y una menor recaudación de impuestos vía DEX, que nuestro país imperiosamente necesita,

 Ø la reintroducción del contrabando fronterizo que actualmente se ha visto claramente disminuido por el achicamiento de la brecha cambiaria,

 Ø un aumento de costos de producción por la caída de las exportaciones, con el consiguiente e innecesario encarecimiento de precios en el mercado interno,

 Ø Y, claramente, invalidar a un sector capaz de ser un pilar de la recuperación, condenándolo a una regresión en sus políticas sustentables de exportación.

Nuestro sector está convencido de la necesidad de rectificación de la generalización de DEX en que el proyecto ha incurrido, y en la importancia de mantener los diferenciales entre trigo y harina, incluido el pellets de afrechillo de trigo.

Por lo tanto, nuestra propuesta es que, respetando lo expresado en los párrafos anteriores, los DEX del pellets sean incluidos en las alternativas consideradas más arriba (Alternativas 1, 2 o 3).

Como se desprende de lo expuesto, el aumento de los DEX tanto en la harina de trigo como en el pellets en la forma prevista en el Proyecto de Ley, será algo meramente ficticio y contraproducente, condenando a nuestro sector a no exportar y fomentando exactamente lo opuesto a lo que la ley pretende, que es mayor ingreso de divisas y de impuestos, que permitan cerrar el déficit fiscal. Porque no debemos olvidar que el 15% de CERO ES y SERÁ NADA.