Francisco Belfiori está convencido de que las empresas deben ofrecer oportunidades con el propósito de descubrir talentos ocultos y promover el desarrollo de las personas. Y puede dar testimonio al respecto.

El empresario, integrante del CREA América II (región Oeste Arenoso), al contar con una vacante en el área de coordinación de ganadería –que había sido gestionada por un médico veterinario–, decidió ofrecerle el cargo al encargado del mixer a partir de la buena predisposición que había mostrado en el trabajo.

“Creo que los empresarios tenemos que abrir puertas y ofrecer capacitaciones adecuadas para despertar vocaciones que a veces pueden estar dormidas u ocultas por falta de oportunidades”, señaló Francisco.

Gastón, el encargado de ganadería, coordina un equipo de trabajo dedicado a atender el planteo de cría, recría y engorde en corral de terminación, para lo cual gestiona la confección y distribución de las raciones, además de encargarse de la trazabilidad de procesos lograda a través del uso de caravanas electrónicas.

“En la empresa las capacitaciones son una parte sustancial de nuestro trabajo, muchas de las cuales surgen por iniciativa de los integrantes del equipo, lo que favorece tanto el desarrollo de las personas como de la empresa”, apuntó Francisco durante una jornada en formato virtual (“Atardecer Ganadero”) organizada esta semana por la región CREA Sudoeste y dedicada a la gestión de equipo de trabajo.

Un aspecto crucial es la capacidad de escuchar las inquietudes de todos los integrantes de la empresa, pues nadie conoce mejor la tarea que tiene entre manos que el responsable directo de la misma.

“Me plantearon, por ejemplo, comenzar a hacer tacto por medio de ecógrafo, lo probamos, funcionó y en la actualidad ese es el método empleado; muchos cambios se han implementado a partir de propuestas de los integrantes del equipo”, remarcó.

Un año atrás, con Valeria y Cintia, encargada y asistente del área administrativa y financiera respectivamente, la empresa instrumentó la incorporación de un programa informático para ordenar y agilizar la gestión de la información clave tanto en el orden contable y financiero como patrimonial. Ese desafío enorme –que se hizo con el consenso de todo el equipo de trabajo– requirió contratar a un empleado de tiempo parcial.

“Siempre digo que una empresa agropecuaria debe ser entendida como una fábrica por la sofisticación de los procesos y equipos que empleamos, por lo que todos los integrantes de la misma tienen que estar súper capacitados, contar con una buena remuneración y sentirse acompañados siempre por la empresa”, indicó.

Francisco es la segunda generación en la empresa, mientras que la tercera está representada por su hijo, agrónomo y encargado del área agrícola, y un sobrino.

“Cuando tomé la dirección de la empresa familiar heredé los empleados de mi padre, quienes tenían un manera muy tradicional de entender las cosas y eso me costó horrores. La conformación de un equipo de trabajo sólido, sustentado en procesos y una gestión profesional de la información, resulta indispensable para poder contar con empresas prósperas”, expresó Francisco.

El empresario asegura que, además de un salario acorde a la responsabilidad comprendida en la tarea realizada, el reconocimiento del trabajo realizado es un aspecto fundamental del trabajo.

“Se envía –por ejemplo– una jaula de novillos que rindió muy bien en el frigorífico y ese es un éxito de todos los que intervinieron en los procesos necesarios para llegar a ese resultado; el reconocimiento de los logros obtenidos tiene que estar presente porque somos humanos y no todo pasa por el factor monetario”, resumió.

Fuente: CREA