Mientras en estos días los cuadernos Gloria han retomado su vigencia, en el vértice opuesto a esta corruptela, el campo argentino sigue trabajando por su propia gloria y para darse mucho más que una revancha. Después de la sequía de la campaña pasada vamos con todo en la búsqueda de un nuevo récord productivo.

Todas las condiciones se están dando en el país para tener una cosecha 2018/2019 en niveles de excelencia. El número a superar es de 137 millones de toneladas sumando todos los cultivos, desde la descomunal producción de soja, maíz y trigo en ese mismo podio, y completando los primeros lugares de la grilla con el girasol, el sorgo, la cebada, el arroz y otros.

Alcanzamos este récord anterior en la campaña 2016/2017 con condiciones muy favorables, no solo en lo climático, sino que fue la primera campaña con el nuevo marco regulatorio sin retenciones ni derechos de exportación que le pisaban el freno a la producción.

Con el motor en marcha durante la segunda vuelta, la campaña 2017/2018 cuando todo estaba dado para tener otro giro extraordinario, nos pegó la sequía que impactó negativamente con una pérdida algo superior al 30% en términos generales de actividad. De lo malo, lo bueno, esta sequía y perdida de actividad, justo a 10 años de la famosa resolución 125, nos dio la oportunidad de mostrar a la sociedad en su conjunto, y especialmente a nuestros dirigentes políticos, la importancia del sector como motor económico y de desarrollo social para el país.

Iniciamos una tercera vuelta. Arrancamos ya con la siembra de trigo para la revancha, la recuperación, y me atrevo a decir con cierto optimismo, también para un nuevo récord, las primeras proyecciones para este cultivo dan algo superior a los 20 millones de toneladas, maíz podría superar las 45/50 millones y soja manteniendo su performance anterior cercano a los 55/60 millones de toneladas, agregando los otros cultivos de la grilla, alcanzar la nueva marca de 140 millones totales no está tan lejos de las posibilidades.

Los pronósticos climáticos indican una temporada con buenos regímenes de lluvia (Niño) y si bien los precios de los granos se han movido en la pizarra tanto para arriba como para abajo, la ecuación final es bastante alentadora. Riesgos y amenazas siempre existen, por eso este año la financiación es clave, después de una campaña seca (en todos sus aspectos) como la anterior, al menos la tormenta de incertidumbre con respecto a inflación y dólar ya están más claros, no porque sean buenos en sí mismos, sino porque podemos converger a un número verosímil y proyectar mejor.

El campo va por su gloria en esta nueva campaña, no sólo para sostener el nivel de actividad, contribuir con casi el 15% de la recaudación impositiva, generar uno de cada tres nuevos empleos, ni para aportar el 60% de las divisas de exportación al país; el campo va por la Gloria, por la revancha, la recuperación y el récord, porque es la forma en la cual creemos y sabemos trabajar con abnegación y honradez, mientras la "gloria" de otros se discute en los Tribunales.

El autor es director Ejecutivo en Agronegocios ADBLcik Business Consulting

Por: Dardo Lizárraga