Corría el año 1943 cuando un agricultor y agente de extensión de Ohio, Edward H. Faulkner, en su libro Plowman´s Folly (algo así como “La locura del labrador”) describía una forma de sembrar muy parecida a la que años más tarde llamarían “no till” en el mismo país. Productores y técnicos de nuestro entorno ya en los 60 se inspiraron en los trabajos de Shirley Phillips y Harry Young, productor de Kentucky y comenzaron a desarrollar lo que dieron en llamar “siembra directa”, denominación que juzgaron más adecuada a la realidad ya que en rigor de verdad, “había labranza hecha por la cuchilla que precedía al surcador” dijeron. Ya corría la década de los 70. En rigor la autoría de los primeros ensayos hechos durante la segunda mitad de los 60 corresponden a los técnicos de INTA Marcelo Fagioli y Carlos Senigagliesi.

En 1976 cuenta en sus escritos el Ing.Agr. Jorge Cazenave, “viajando en el verano a través de Maryland, pude ver unos magníficos cultivos de soja, que siempre me llamaron la atención por su aspecto. Me detuve y ante mi sorpresa, me encontré que el rastrojo de trigo estaba entero junto con la soja”. En los mismos 70 en la revista Agricultura de las Américas, los autores Triplett y Van Doren aseguraban que “dentro de pocos años, muchas de las tierras cultivables de los países desarrollados se plantarán sin vertedera de arado”. Y preveían que para 2010, predominaría el cultivo que prescinda del arado. Lo curioso es que para el 2018 entre los países que más superficie tienen en siembra directa en relación a la superficie cultivable de cada uno de ellos son los de América del Sur, Argentina (90%), Chile (50%) Brasil, Paraguay y Uruguay.

Volviendo a Faulkner, el autor hacía referencia al “disco que no profundizaba tanto como la reja del arado, ni removía demasiado la tierra”. Y este disco era la cuchilla lisa sacada del arado de reja, fundamental en la siembra bajo cobertura para el corte vertical del rastrojo y del suelo.

Ya en los años 70 como resultado de una evolución que llevó varias décadas, apareció la cuchilla con ondas radiales, con el objeto de remover un poco más el suelo, creando un mejor ambiente para la germinación de las semillas en el surco. Además, la tierra removida permitía el tapado del surco. Con la cuchilla lisa queda la semilla descubierta debido a que las ruedas tapadoras no encuentran tierra suelta para tapar. Los problemas de la ondulada, es que se pega tierra en el fondo de las ondas, y ello origina un mayor disturbio del rastrojo, con lo cual se pierde humedad del perfil y además, se promueve la emergencia de las malezas. El ancho de onda se elige de acuerdo a las preferencias del usuario, había –a aún hoy las hay- láminas de 8,12 y 24 ondas con anchos de banda labrada de 4 cm, 2 cm y 1,5 cm aproximados respectivamente.

Pero una verdadera revolución ocurre en los años 2.000 con la aparición de la cuchilla con ondas tangenciales, que se clavan verticalmente en el suelo, precisando menos peso que la onda radial, la cual se clava en diagonal haciendo palanca. Ello trae aparejado la reducción del peso necesario para penetrar en el suelo de las sembradoras y sus cuerpos de siembra, con lo cual se tiende a reducir la compactación de suelo por parte de las ruedas niveladoras, y se consume menos gasoil.

Por otro lado, cuando la onda tangencial sale del suelo con sector de lámina girando hacia arriba, lo hace en posición horizontal con lo cual trabaja como una pala, levantando del surco toda porción de paja que haya sido eventualmente enterrada en el mismo momento del corte. Es decir la cuchilla “turbo” como se la llama a la de ondas tangenciales en el léxico del campo, deja el surco más limpio que la de ondas radiales. No olvidemos que la paja en el surco crea cámaras de aire, que demoran la humectación de la semilla y por ende su geminación, dando más oportunidad al ataque de hongos e insectos de suelo. Ello implica también menos plantas a cosecha que las potencialmente posibles, y pérdida de rinde a cosecha.

Otra innovación y casi la última, fue la aparición de las ondas tangenciales lineales (rectas) que reemplazaron a las curvas (sinusoidales), y además de rectas, son asimétricas. Es decir con una rama de la onda más corta que la otra. Estas cuchillas, trabajan como las barras de las cubiertas del tractor, desde el punto de vista que minimizan el pegado de la tierra en su superficie, y facilitan la salida de la tierra que eventualmente se pegue.

Por otro lado, el ancho de las ondas se ha reducido a 1 cm o menos, en los modelos de 30 ondas y poco más hacia los 2 cm en los de 20 ondas. A banda más angosta, menor escape de humedad y menor enmalezado, pero se hace más necesaria la fina coincidencia entre la trayectoria de la cuchilla con el surcador. Esta última debería ser perfecta o al menos muy precisa, en toda circunstancia y modelo de máquina. El mercado ofrece otros modelos de cuchilla que se adaptan a usos específicos como siembra de pasturas, o suelos extremadamente pegajosos, situaciones que analizaremos en otro momento.

Asimismo, el trabajo de las ondas tangenciales optimiza la tarea de las ruedas tapadoras, con la tierra suelta en el borde del surco, con menor variación entre los diferentes rastrojos, con lo cual se pueden ir dejando de lado los elementos escotados para manejar el rastrojo en el tapado. Es decir, las tapadoras se van simplificando. Con lo cual el rastrojo sigue cubriendo el suelo luego del paso de la sembradora, de manera tal que hay menos escape de humedad, menor emergencia de malezas, menos herbicidas es decir menos costos. Todo ello configura lo que muchos hoy denominan sembrar bajo cubierta.

Entonces cuando equipamos la sembradora o elegimos la nueva máquina, es importante para mejorar el resultado de la siembra, mirar de cerca la cuchilla con la que se equipa la unidad. La mejor puede ser la de ondas tangenciales, lo cual no es difícil ya que todas las cuchillas son de esta manera. Además, sería bueno que sean ondas lineales y asimétricas. Solo puede quedar en discusión el ancho de banda labrada, que debe permitir la entrada del doble disco surcador en forma segura, para evitar desvíos en la máquina, que hasta pueden afectar en el tiro de la sembradora cruzándola respecto de la dirección de avance.

Asimismo, en los 90 la empresa John Deere presentó en el mercado una sembradora, pensada para siembras a chorrillo. Difundió el surcador monodisco y zapata, que trabaja sin cuchilla, y que aún hoy equipa las air drill de la marca. pero este tema es para otra nota.

Con surcador doble disco, la cuchilla es uno de los puntos fundamentales en la sembradora de directa, además del peso de la sembradora y otras cosas, así lo sostenía Faulkner en sus estudios de los años 30.

Por Juan B. Raggio