Desde la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) que informó que el 80% de la zona núcleo está en condiciones de sequía hasta el Panorama Agrícola Semanal (PAS) de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, que estimó la cosecha de soja en 44 millones de toneladas (diez millones de toneladas menos que las esperadas al inicio del ciclo) el escenario muestra ya una situación de gravedad inusitada.

Según calculó un informe de CREA, la merma en las cosechas representará una caída de ingresos a nivel de global en la producción por US$2150 millones de dólares. Algunos análisis sugieren que el aumento de precios internacionales de los granos, ocurrido en gran parte por la caída argentina, compensará en la cuenta final la baja de la cosecha. Sin embargo, lo que puede ser cierto a nivel macro, puede no tener equivalencias a nivel micro. "Es claro que habrá menos circulante", explica el consultor Alejandro Meneses en referencia a que en la próxima campaña agrícola se arrancará con un déficit de ingresos.

El otro impacto económico puede sentirse en el resto de la cadena y de la economía por el efecto multiplicador que tiene el agro en la industria y los servicios. Aquí se comprueba aquello que el campo no es solo el campo, sino que forma parte de una red productiva que se encadena con el resto de los sectores.

Es cierto que hay matices en el impacto de la falta de lluvias. El trabajo de CREA explica que "la alta reserva de agua en los suelos y la presencia de napa freática por las altas lluvias de 2017 contribuyeron a atenuar el impacto de la sequía en la producción, al menos en algunas situaciones". Los asesores explican que aquellos que diversificaron riesgos están en mejores condiciones de enfrentar el fenómeno adverso. Pero aun diversificando, el efecto devastador de una campaña que en tres meses tuvo precipitaciones de entre 100 y 300 milímetros que lo normal es difícil salir airoso.

La sequía está dañando también a la ganadería y a la lechería. "Lo está sintiendo toda la cadena del maíz", dice Alberto Morelli, presidente de Maizar. A su vez, el informe de CREA explica que se está disminuyendo la condición de los recursos forrajeros. "Como consecuencia, hay productores ganaderos CREA que están adelantando los destetes y, eventualmente adelantando las ventas de la zafra", señala.

En los tambos que pertenecen al Movimiento CREA "se está registrando una necesidad de aumento inmediato de alimentación suplementaria". La falta de humedad está comprometiendo la siembra de verdeos de invierno y pasturas otoñales "condicionando de este modo la cadena forrajera de los planteos ganaderos en 2018", añade el informe.

En la Casa Rosada

La crítica situación de los tambos quedó expresada también en la reunión de la Mesa Lechera con el presidente Macri el lunes pasado en la Casa Rosada. "Se le dijo que los costos son mayores y que el productor no está ganando dinero", dijo Marcelo Aimaro, secretario de la Mesa de Productores de Leche de Santa Fe, según relató la crónica de LA NACION de ese día. La suba del precio local del maíz y de la soja, que se agrega a los aumentos del combustible, entre otros costos, afectó particularmente a los productores tamberos. El Gobierno respondió con un intento de alivio en la carga tributaria al mantener la reducción del 6% al 1% en la retención del IVA y se comprometió a impulsar otra serie de medidas como la apertura de mercados internacionales, la transparencia del mercado, facilidades para créditos (como el certificado oficial Siglea para agilizar las solicitudes de préstamos) y mantener en buen estado 1250 kilómetros de caminos rurales en Buenos Aires, Córdoba, Entre Ríos y Santa Fe de las principales cuencas lecheras de esas provincias.

Hay otro aspecto de la sequía que es menos mensurable y está poco estudiado: las consecuencias psicológicas en los productores y en su entorno. Las redes de contención -familiares y sociales- son las mejores vías para mitigar el impacto, dicen los especialistas. Aunque la actividad agropecuaria tiene una elevada capacidad de resiliencia, un fenómeno de la magnitud de esta sequía no trae solo consecuencias económicas sino también anímicas. Los expertos en psicología dicen que hay que tenerlas muy en cuenta. Y pensara que, también, el clima da revancha.