Esta vez, el presidente Mauricio Macri no cuestionó "la pesada herencia kirchnerista". Tampoco criticó a sus opositores. En su discurso inaugural de las sesiones ordinarias del Congreso, el mandatario exhibió ayer un tono optimista y conciliador, e hizo énfasis en que "lo peor ya pasó" y en que se avecinan años de crecimiento en el país. Empero, evitó dar mayores precisiones y no hizo anuncios de tipo económico.

Frente a la Asamblea Legislativa, el Presidente dirigió un discurso de 39 minutos, aplaudido en buena parte solo por el oficialismo. Ratificó el rumbo del gradualismo económico y, al referirse a la inflación -uno de los temas de mayor preocupación en la opinión pública-, enfatizó que "está bajando", y ratificó que se cumplirán las metas previstas y que el país dejará de endeudarse.

"La inflación de 2017 fue menor a la de 2016. La de este año va a ser aún menor, y la del año que viene, aún menor a la de 2018", auguró el Presidente. En otro párrafo afirmó que "los salarios le ganaron a la inflación", una de las frases más cuestionadas, luego, por la oposición.

"El Presidente vive en un país de fantasía"; "dio un típico discurso duranbarbiano", fueron algunas de las frases que se escucharon, acabada la ceremonia, de dirigentes de la oposición. Prácticamente no aplaudieron al jefe del Estado, salvo cuando, en el inicio del discurso, Macri hizo un reconocimiento a los 44 tripulantes del submarino ARA San Juan. "Estamos con los familiares y quiero reiterarles que seguiremos haciendo todo lo que está a nuestro alcance para encontrarlos", sostuvo. En ese momento, el recinto se puso de pie y aplaudió.

Otro pasaje que despertó aplausos generalizados fue cuando Macri instó a los legisladores a debatir sobre la legalización del aborto, un tema hasta ahora tabú en el Congreso.

"Hoy, nuestro país muestra una situación crítica. Cada año, más de 100.000 chicas menores de 19 años quedan embarazadas. Y siete de cada diez de esos embarazos no son intencionales", advirtió. Empero, aclaró su postura: "Como más de una vez dije, estoy a favor de la vida. Pero también estoy a favor de los debates maduros y responsables que como argentinos tenemos que darnos".

El Presidente también abordó el problema de la inseguridad. "No creemos que haya que caer en la mano dura ni en el abolicionismo para resolverla", sostuvo el Presidente, quien ratificó su política de reivindicar la labor de la policía pese a la polémica que despertó el caso del agente Luis Chocobar (procesado por la Justicia) y su decisión de recibirlo con felicitaciones en la Casa Rosada.

"Las mujeres y los hombres de nuestras fuerzas de seguridad se juegan la vida por nosotros y merecen todo nuestro respeto y admiración", destacó Macri. "Creemos en un sistema que ponga en el centro a las víctimas del delito, que respete a las fuerzas de seguridad y que ofrezca penas proporcionales a los delitos cometidos", enfatizó.

A diferencia de discursos anteriores, Macri evitó el tono confrontativo con sus opositores. Apenas si mencionó alguna crítica solapada, como cuando instó al diálogo "sin patoterismos ni extorsiones" -en alusión a la actitud del sindicalismo más combativo, liderado por Hugo Moyano- o cuando reclamó "no hacer política con la educación".

"No podemos acordarnos de la educación solo en el momento de las paritarias", disparó Macri en una crítica tácita a los gremios docentes que amenazan con no arrancar el ciclo lectivo.

Otro rasgo distintivo del discurso es que, al repasar la agenda legislativa para este año, priorizó los temas sociales e institucionales. No hizo anuncio alguno de leyes económicas por venir del Poder Ejecutivo.

En este sentido, reclamó a los legisladores la aprobación de las leyes de extinción de dominio (que permite al Estado recuperar los bienes producidos por la corrupción) y de mercado de capitales, ambas con media sanción. También anticipó el envío de un nuevo Código Penal y la reforma del Código Procesal Penal, como también una nueva ley sobre telecomunicaciones y tecnología de la información. Confirmó, además, que presentará un proyecto sobre integridad pública.

"En estos dos años, los funcionarios nos pusimos límites como nunca antes para garantizar que no estamos acá para beneficiarnos", enfatizó Macri, una de las frases más criticadas por la oposición.

Confirmó, además, que la reforma laboral como se planteó inicialmente quedó en el pasado. Ante el rechazo del PJ y de los gremios, solo se enviará la ley de blanqueo laboral para combatir el trabajo en negro, como también un proyecto para ampliar la licencia por paternidad.

"Durante estos dos años avanzamos mucho. La desocupación está bajando y el total de trabajadores registrados aumentó en casi 270.000", exaltó el Presidente, quien, además, se comprometió a que se cumpla la ley para garantizar que a igual trabajo las mujeres cobren igual que los hombres.

"Las diferencias llegan hasta el 30%. Y esto no puede seguir así", planteó, despertando el aplauso entusiasta de la audiencia femenina.