Imaginemos a un “millennials” al comando de un tambo o una Pyme láctea. Cómo pensaría sus estrategias, cómo actuaría y se relacionaría, qué uso le daría a la tecnología, cómo aplicaría la información, cómo se plantearía la relación con el ambiente y personas de su entorno.

La reconversión que demanda la cadena láctea está obligada a incorporar, para sobrevivir, nuevos paradigmas que la pongan de cara a un mercado cambiante, que define sus demandas por nuevos usos y costumbres, y que exige romper el aislamiento y pensar y actuar en conjunto.

Las nuevas generaciones llevan el gen para hacer un cambio que hoy se está necesitando, según coincidieron varias de las voces que se escucharon en el Primer Encuentro de Jóvenes Lácteos.

De la cita tomaron parte unos 400 estudiantes de colegios agrotécnicos y carreras universitarias afines con la lechería. Se realizó en el campus de la Universidad Nacional de Villa María, por iniciativa de Apymel (Asociación de Pequeñas y Medianas Empresas Lácteas), a la que se sumaron la universidad, el Gobierno de Córdoba, el Inta y otras organizaciones. Se buscó definir hacia dónde debe ir la lechería y qué roles les caben a sus actores dentro de una cadena que necesita cambiar.

Que todos ganen

“Los jóvenes son clave para el cambio de paradigma”, afirmó Gustavo Mozeris, gerente ejecutivo de la Fundación para la Promoción y Desarrollo de la Cadena Láctea Argentina. El viejo paradigma se presenta como una visión individual de cada actor del negocio, en el que la puja y el tironeo hacen que la mayor porción se la lleve siempre “el más forzudo”, estableció.

“Hay que pasar a relaciones colectivas, con una visión común basada en un cambio de modelo de la actividad”, dice Mozeris. Para esto propone pensar una cadena orientada claramente al mercado, con flexibilidad para ensancharse o achicarse según lo marque la demanda. El desafío es poder diseñar un modelo ágil, escalable, proactivo, con relaciones ganar-ganar y también perder-perder llegado el caso.

“La tecnología es motor fundamental del cambio. Los millennials son sociables, tecnológicos y quieren cambiar el mundo”, expuso. Con este perfil, los jóvenes participaron de los talleres y escucharon las conferencias, para luego dar sus opiniones.

“Todo viene de la mano: la innovación, la tecnología y el conocimiento previo. Lo interesante es que se plantean preguntas y este encuentro es para que despertemos y seamos nosotros los de las ideas”, sostuvo Mayra Espíndola, estudiante del Ipem 216, de la localidad de Alto Alegre.

Tomás Mesías-Teymoszczuk estudia en el Ipea 343 de Los Cocos, en las Sierras Chicas, donde la mayoría está enfocada en actividades relacionadas con el turismo. “Pero también se puede tener allí lechería”, se entusiasma. “Un evento como este puede estimularnos a intentarlo. Cambiaría la realidad económica de una zona acostumbrada a vivir del turismo o la gastronomía”, apuntó.

Fuente: Infortambo