Diez novillitos de aproximadamente 250 kilos cada uno aparecieron mutilados en un campo ubicado entre Tandil y Ayacucho, perteneciente a la familia de Miguel Tezanos Pinto, subsecretario de Agricultura, Ganadería y Pesca del Ministerio de Agroindustria de la provincia de Buenos Aires.

El establecimiento donde ocurrió el hecho se encuentra sobre la ruta 74, entre aquellas localidades, y los atacantes, tras aparentemente bajarse de un vehículo que los trasladaba, se metieron en un lote y mataron a balazos a los animales para luego faenarlos, pero sólo se llevaron entre un 20 y un 30% de la carne de cada animal, dejando el resto en el lugar. Esta forma de actuar generó dudas sobre los motivos reales del ataque.

"Lo hicieron con saña; tengo dudas sobre los motivos. Hicieron una matanza a la vista. Los mataron a tiros y luego los degollaron", expresó a LA NACION el funcionario, cuyo cargo en Agroindustria de la provincia equivale a ser un viceministro. "Se llevaron los cuartos delanteros de algunos animales", añadió.

La pérdida económica por los diez animales mutilados equivale a unos 100.000 pesos en total, a valores de mercado.

En otras oportunidades, en ese campo sufrieron robos de uno a dos animales, pero nunca esa matanza en mayor escala. Un familiar de Tezanos Pinto que está encargado del establecimiento realizó la denuncia en Tandil y la patrulla rural se encuentra investigando el hecho. Una parte del campo está sobre ese partido y otra sobre el vecino Ayacucho.

En la noche anterior al hecho, el funcionario durmió en ese campo porque el viernes tenía que acercarse hasta Ayacucho para firmar acuerdos por obras hidráulicas con la municipalidad, debido a que se cayeron puentes en medio de los anegamientos que afectaron los campos.

Esa mañana, un empleado del campo salió a recorrer los lotes y se encontró en uno de ellos con los animales muertos. "Nunca recibí amenazas, pero me quedan dudas [sobre el hecho] y a la policía también", indicó el funcionario. Sobre quienes cometieron el ataque, dijo que actuaron "organizadísimos" por la cantidad de animales que mataron y luego faenaron.

Mientras la policía está investigando, la fuerza mantiene un patrullero custodiando el predio de la familia del funcionario. Se analizaron los movimientos que eventualmente podrían haber realizado los atacantes tras salir del campo.

En Tandil, en los últimos años se logró bajar el delito rural gracias a una patrulla rural, pionera por su organización en la provincia. Antiguamente se perdían de 500 a 700 animales por año en distintos robos, pero luego se bajó a un promedio que ronda entre 40 y 50 animales por año.

En la actualidad, en la zona funciona un Comando de Prevención Rural, con 37 efectivos, siete camionetas para recorrer los campos y una organización, llamada Funtala, donde confluyen entidades del agro. Como próximo paso, en Tandil están avanzando en la compra de un dron para hacer más eficiente el control.