La soja se desplomó ayer en Chicago casi 13 dólares por tonelada, o 3,5%, y quedó a precios de fines de junio último, en medio del llamado "mercado climático" que llena de volatilidad las operaciones en el mercado mientras crece la cosecha gruesa en Estados Unidos.

Pronósticos de buenas condiciones en las zonas productoras de EE.UU. así como la mejora en las condiciones de los cultivos, por encima de lo que esperaba el mercado, que reportó el Departamento de Agricultura norteamericano (Usda) activaron fuertes ventas en Chicago. El organismo indicó que el 59% de la soja sembrada está en "buena a excelente" condición, 2 puntos porcentuales por encima del reporte previo.

También influyeron a la retracción elementos fuera de los fundamentals, tal como la relativa debilidad del dólar contra otras monedas fuertes evidenciada ayer y la baja que registró el petróleo.

Así el contrato a septiembre terminó en Chicago a u$s 354,3 la tonelada. Se trata de la segunda caída diaria más pronunciada en lo que va del año para la oleaginosa, detrás del pasado 13 de julio cuando los futuros de la soja retrocedieron 16 dólares por tonelada en la principal plaza de commodities agrícolas del mundo.

El desplome en los valores externos pegó de lleno en los negocios locales. La soja disponible en Rosario retrocedió a $ 4200 la tonelada disponible y el futuro más cercano se hundió 3%, hasta u$s 245 la tonelada. Esos precios hacen que los productores se retiren del mercado a la espera de un repunte de las cotizaciones, o bien pacten la entrega de sus producto "a fijar" (es decir con el precio determinado de un día futuro), como vienen sucediendo en los últimos meses.

La venta de soja viene demorada en 4,4% contra igual fecha de la campaña previa. Según datos oficiales, al 26 de julio último, la industria y la exportación informaron compras por algo más de 30,2 millones de toneladas, contra las 31,6 millones de toneladas comercializadas para la misma fecha de 2016.