El video se viralizó enseguida: un agricultor de Nebraska, en jeans y salvavidas, haciendo esquí acuático sobre el campo inundado de su tío.

El paseo de Quentin Connealy del mes pasado causó cierta sensación en los medios sociales. También agregó un dato sobre el empapado inicio de la temporada de siembra en el área central de los Estados Unidos.

Una nueva transparencia está llegando a los mercados agrícolas, que solían ser opacos. Desde los tuits de los agricultores hasta los mapas climáticos, la información sobre los embarques, las fotos satelitales de los campos y los mercados de granos online están descascarando las ventajas de operar con compañías internacionales de granos.

Los analistas están debatiendo si la rápida difusión de los datos implica ganancias estructuralmente inferiores para las divisiones de comercialización de un sector de granos encabezado por las llamadas compañías ABCD, por Archer Daniels Midland, Bunge, Cargill y Louis Dreyfus.

"Hay un menor arbitraje de información. Ese era uno de los elementos centrales que tenían a su favor", señaló Alex Keane, un ex operador de Cargill que ayuda a dirigir Pathway Agriculture, una administradora de inversiones con casa central en Ginebra.

En términos generales, el uso de información privilegiada es esencial en los mercados de commodities. Un agricultor que observa el buen tiempo y que los cultivos de sus vecinos están en perfectas condiciones podría apurarse a vender su cosecha de maíz antes de que los precios bajen.

Las compañías de granos tradicionalmente multiplicaban el poder de observación de los productores agrícolas mediante las redes globales de gestores de depósitos y puertos, meteorólogos y agrónomos propios y comunicaciones centrales.

El sistema privado de teletipo de Cargill, que se usó durante gran parte del S. XX, fue "una de las principales ventajas competitivas de la compañía", asegura la firma.

"La brecha se angostó significativamente", explicó un ex empleado de Cargill que ahora opera para un hedge fund. "La cantidad de información a la que tenemos acceso o podemos tener en nuestras manos es muy, muy similar a la que tenían Cargill o ADM o Bunge o Dreyfus", agregó.

La transparencia comienza en la cabina de tractores modernos equipada con wifi. Allí, los agricultores cuentan con numerosas pantallas mediante las cuales acceden a mapas climáticos, siguen informes del gobierno sobre producción por hectárea o cultivo, ejecutan ventas al complejo local de silos u operan con futuros agrícolas. La multiplicidad de tareas es posible gracias a que los tractores se manejan solos.

La mayoría de los datos más potentes de los mercados de granos todavía proviene de las agencias gubernamentales como el Departamento de Agricultura de Estados Unidos y la Conab de Brasil, que informan cifras detalladas de las superficies cultivadas y cosechas. Si bien son públicas, Internet aceleró su difusión.

Adivinar lo que dirían los números oficiales siempre fue especialidad de los brókers de commodities. Pero cada vez son más las compañías que mejoraron la manera en que procesan los datos provenientes de imágenes satelitales para hacer predicciones de rindes antes de que lo hagan las agencias. "Las firmas tecnológicas como nosotros van a trabajar mucho para democratizar estas cosas", dijo David Potere, CEO de Tellus Labs, una start-up que promociona la precisión de sus pronósticos de rindes para soja y maíz en Estados Unidos que elaboraron en 2016 en base a sus satélites.

Connealy, de Tekamah, en el estado de Nebraska, tuiteó su video haciendo esquí acuático después de que llovieran 12,7 centímetros en una semana. Quería "poner a nuestra pequeña ciudad en el mapa".

Pero Twitter también es útil para su negocio: cultivar maíz y soja para venderle principalmente a Cargill y Bunge. Sigue a cientos de agricultores y expertos en el sector para mantenerse actualizado sobre los mercados de granos.

"Siempre se puede pagar a una comercializadora para que estudie todo eso por vos. Se les paga un montón", dijo Connealy. "Pero si se pueden conseguir los datos en Twitter, uno tiene una mayor perspectiva".

Que haya una enorme cantidad de información no es garantía de calidad. Hasta las comercializadoras mejor informadas cometen errores, tal como quedó demostrado con las notorias pérdidas con la soja el año pasado.

Pero sin embargo está cambiando la economía de la comercialización de productos agrícolas. "El poder de arbitraje que tenían muchas de los grandes traders claramente se está erosionando debido a la transparencia y la disponibilidad de información".