Las declaraciones Juradas de Ventas al Exterior (DJVE) de poroto de soja, mediante la cual se registran las ventas al exterior de las mercaderías alcanzadas por la Ley N° 21.453 (productos agrícolas), correspondiente a la campaña 16/17, al día 6 de junio, alcanzan un volumen de poco más de 4 millones de toneladas acumuladas.

Es el número más bajo de los últimos 6 años.

También es visiblemente menor el volumen de harinas y de aceites de soja.

Está claro que el productor se niega a desprenderse de mercadería luego de la abrupta baja del precio interno a consecuencia de la mala racha que pasa el mercado internacional.

Acentúa este problema, la tasa de depreciación de nuestra moneda. El dólar está casi igual que hace varios meses.

El rezago que muestra el tipo de cambio se fundamenta en los ingresos de divisas por colocaciones de deuda pública y privada, en la entrada de fondos del blanqueo fiscal y en el desarme de posiciones en dólares para aprovechar los rendimientos de activos en pesos.

A estas tres razones se suma la estacional dada por la liquidación de exportaciones granarias y de sus subproductos. Y si el precio no ha caída más aún es por la propia retención de mercadería.

Además, la oferta por ahora no peligra. Las perspectivas muestran el paso de un frente de tormenta con precipitaciones con valores de moderados a abundantes sobre el Litoral Fluvial y el Uruguay. En tanto, para la mayor parte del área agrícola, los valores serán escasos.

Con precios reducidos en el mercado internacional y un bajo coeficiente de devaluación, los tenedores de soja prefieren aguardar hasta que el agua les llegue a la nariz.

El pausado ritmo de ventas sólo se acelera y el porcentaje de soja fijada únicamente se incrementa cuando el precio llega a $4.000 en el mercado local.

En estas condiciones, la industria procesadora y el sector exportador vienen operando con márgenes muy reducidos y a veces negativos.

Con este cuadro ¿qué posibilidades hay para una suba en los precios internacionales?

Aún a riesgo de pecar de reduccionismo, vale precisar que la última palabra la tiene la evolución de los cultivos en EE.UU.

Y ella depende del clima. Es necesario remarcar que las condiciones climáticas han cambiado. Desde hace casi dos semanas, los excesos de lluvia desaparecieron.

El corazón del Corn Belt de este país, con gran parte de Illinois, Indiana, Missouri y Nebraska han recibido escasas lluvias en las dos últimas semanas lo que ha permitido una fuerte reducción de la humedad de la superficie de los suelos lo que atentaría contra el buen desarrollo no sólo del maíz sino también de la soja.

A ello se agrega un nivel de temperaturas muy elevadas durante el día. Esta región (núcleo) ha sufrido en los últimos días temperaturas superiores a 32 grados centígrados.

Las perspectivas climáticas según el USDA hablan de mucho calor. Una faja central de norte a sur quedaría sujeta a altas temperaturas.

Las elevadas temperaturas se registrarían más que nada en las Altas Planicies a través del valle de Ohio y dentro del Noreste del país.


La pelota la tiene el gran oferente mundial. Cómo están las cosas, los precios caminarán según evolucione el clima en EE.UU.

El mercado mundial de granos es de suma cero. Si al norte le va mal, al sur le viene bien.