¿Mejores, peores o iguales que el año pasado? Es la pregunta obligada en estos días de cosecha que se cruzan entre sí quienes tienen condiciones de piso. Por más que la cosecha de soja va por el 16,3% de la superficie apta, con una producción ya de 10,7 millones de toneladas sobre los 56,5 millones que prevé la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, productores y técnicos se van armando su propia radiografía de cómo vienen los rindes. O un rompecabezas, por la heterogeneidad de situaciones entre zonas e, inclusive, al interior de cada región.

Hoy por hoy muchos ya tienen el dato que, por las condiciones climáticas que hubo, primero escasas precipitaciones en la zona núcleo que demoraron la ventana ideal para la siembra, y luego varias bombas de agua que dejaron anegamientos, los rindes son más bajos que el ciclo pasado. Otros, en cambio, ven sojas de hasta 60 quintales. Y otros tantos observan que los altos rindes que se daban en la campaña pasada ahora no son tema de comentario diario.

En la zona de Arrecifes, Pergamino, Junín, Chivilcoy, Carmen de Areco y Chacabuco, según el asesor Julio Lieutier en la campaña pasada hubo lotes de soja de primera de 50 a 53 quintales de máximo. "Este año no llegamos ni de casualidad", dice. Los rindes están en 35 quintales por hectárea en las zonas con excesos en el verano a 48 qq en las mejores situaciones. En rigor, hay sojas que se ven espectaculares, con mucho grano, pero en realidad más liviano.

"Esperábamos más. Están rindiendo 10 a 20% menos de lo esperado. Hay un menor rinde de lo esperado por el efecto de enfermedades vasculares, básicamente fusarium", explicó. Donde hay demoras para cosechar hay variedades más precoces que llevan 20 días de maduras en el campo sin poder levantar.

Luis María Arias Usandivaras, de la firma Lares, también relevó rindes más bajos en la zona de Pergamino, con sojas en 40 quintales de promedio, entre dos y tres quintales por hectárea por debajo del año pasado. Destaca que esto puede ser por el impacto de los excesos hídricos.

En realidad, como sostiene Emanuel Bodega, gerente de producción de la firma Los Grobo, la campaña se presentó muy dispar producto de las distintas irregularidades climáticas. "En algunas zonas las precipitaciones se regularizaron la primera quince de diciembre. En otras se comenzaron a regularizar sobre principios de febrero", recordó.

Bodega recopiló, entre otras zonas, rindes promedio de 25 quintales en Jesús María (Córdoba) y máximos de 35 quintales, 37 de promedio en Venado Tuerto (Santa Fe) y máximos de 43 quintales, 42 quintales de promedio en 9 de Julio y máximos de 45 quintales. "En líneas generales, los rendimientos van de buenos a muy buenos, pero no van a alcanzar a los del año pasado", indicó.

En la zona de Marcos Juárez, según Juan Pablo Ioele los promedios van de 37 a 42 quintales, entre 8 y 12 quintales por debajo del año pasado. ¿Y qué pasa con los máximos? "Los rendimientos máximos de esta campaña son muy similares a los de la campaña pasada, con algunos lotes de 60 quintales, pero con una gran diferencia respecto de la campaña pasada, que es la frecuencia de aparición. La campaña pasada era frecuente encontrarnos con altos rendimientos. En cambio, en la presente campaña predominan los rendimientos regulares a buenos de acuerdo a su potencialidad", afirmó. Para Ioele, los resultados varían según la zona de implantación de los cultivos, sea lomas, media lomas o bajos, cómo fueron las lluvias y el manejo que se realizó. Hay lugares donde solo el ascenso de napas redujo el espacio de exploración radicular.

En un reciente informe, Zeni, en base a datos de la Bolsa de Cereales de Córdoba, informó que el promedio allí ronda los 32,9 quintales, por debajo de los 35 quintales del año pasado.

En la zona de Hughes, en el sur de Santa Fe, Alberto Marchionni lleva cosechada el 80% de su soja de primera, con 45 quintales. Es menor respecto a los últimos dos años y en la zona pasa lo mismo, por los excesos hídricos, con un 15 a 20 por ciento menos. Aclara que para sostener el cultivo fueron clave allí dos aplicaciones de fungicidas donde por las intensas lluvias hubo importantes ataques de Cercóspora.

En los campos al sur de Rosario, los máximos en soja rondan los 50 quintales y los promedios de 40 a 45 quintales. Es mejor que el año pasado, cuando los máximos iban de 40 a 45 quintales y los promedios de 30 a 32 quintales. Para Aníbal Triputti, de Red Surcos, allí esta campaña "las lluvias fueron homogéneas y no excesivas a la cosecha".

Ya en el centro oeste de Santa Fe, en el departamento San Martín, los picos de rinde son de 55 quintales, pero "en lotes muy aislados", según precisó el asesor Carlos Grosso. Allí lo más común en los mejores ambientes son 42 quintales, en tanto que se calcula que el rinde por hectárea cosechada será de 32 quintales. "La explicación agronómica a la caída de los rendimientos es la problemática de las inundaciones y encharcamientos, que se explican por falta de infraestructura y napas saturadas", indicó.

En el norte del país hay buenos rindes en Santiago del Estero, aunque es bajo el porcentaje cosechado. Cristian Cian, de Red Surcos en Bandera, contó que la soja tiene un pico de 52 quintales, contra 45/47 quintales el año pasado. En tanto, el promedio ronda los 48 quintales, cuando el año pasado era de 42 quintales. Atribuye la mejor performance este año a que hubo una muy buena distribución de lluvias, sin excesos.

También hay buenos resultados en el Chaco, por más que es poco lo recolectado. Allí, según un informe de Hernán Castro, director comercial de Grupo Agros, en la zona de Tres Isletas los rindes van de 35 a 42 quintales por hectárea. Se trata de un 20% más respecto del año pasado. Adjudicó esta performance a mejores monitoreos y un mayor uso de tecnologías y aplicaciones más planificadas.

En la zona de Sáenz Peña, los rendimientos van de 29 a 35 quintales y también son superiores al año pasado. En tanto, según el informe del ejecutivo de Grupo Agros, en Loro Blanco y Pampa del Infierno hay hasta lotes puntuales con 51 quintales.

Radiografía de la cosecha de soja

30 quintales está siendo el promedio en la zona de Pascanas/ Laborde/ Ucacha/ Chazón, en el centro este de Córdoba, según Agros. Para comparar, allí el año pasado el promedio se ubicó en 36 quintales.

48 quintales hasta 50 quintales por hectárea, son los máximos que se están dando en la zona de Río IV, según Julio Ferraris, de Red Surcos. Hay condiciones para repetir los promedios del año pasado, de 37 a 38 quintales.

38,5 quintales es el rinde promedio en Buenos Aires, según un informe de Grupo Agros. Hay 39/40 quintales en la zona norte y oeste, con una mejora de respecto al año anterior. En América se han registrado lotes de 55 quintales.

Rindes aceptables en maíz

En maíz, en el sudeste cordobés se están dando máximos similares al año pasado. Según el asesor Juan Pablo Ioele, hay picos de 140 quintales. No obstante, igual que los altos rindes en soja, no son tan frecuentes como el año pasado. En tanto, los promedios van de 98 a 115 quintales, con recortes de 10 a 20 quintales por hectárea respecto del ciclo pasado.

Por los excesos hídricos, hubo anegamientos temporarios y ascenso de las napas que redujeron el espacio de exploración radicular de los cultivos. También se dio el lavado de nitrógeno en muchos maíces, situación que ahora se refleja en la gran variabilidad de rendimientos entre lomas y bajos en los mismos lotes.

"Además, la gran mayoría de los cultivos de segunda se sembraron en fechas muy tardías esperando que se oreen los lotes, reduciendo su potencial con siembras de hasta mediados de enero", explicó el asesor. En tanto, de acuerdo a un informe de Hernán Castro, de la firma Grupo Agros, en Santa Fe, en las zonas de Villa Eloísa, Chabas, Armstrong y Las Parejas en maíz hay mejores picos que el año pasado. Donde había 115 quintales ahora hay 120 quintales.