Sin embargo debemos mencionar que hubo algunos salteos en la oferta de agua que provocaron diferenciaciones, principalmente en la zona de influencia de Villa Ángela y Las Breñas, configurando un escenario más ajustado sobre algunos corredores del domo central, pero igualmente favorable para el cierre de campaña.

Recordamos que en esta campaña hubo solo un momento donde la falta de agua fue generalizada y pudo haber promovido un escenario de estrés hídrico sobre los cultivares de algodón y soja. Este período se verificó a lo largo de unos veinte días del mes de enero y si bien se venía de diciembre con reservas, se sabe sobre la hostilidad que presenta el ambiente en la zona cuando las lluvias se ausentan.

El mes de abril arranco con precipitaciones modestas a gran escala, con algunos chaparrones generosos en forma puntual, como por ejemplo en la zona de Las Breñas, sector que comenzó el otoño con una provisión de agua que compensa en parte lo perdido en marzo.

Durante el mes de abril, las lluvias en la zona algodonera principal aún se mantienen por encima de los cien milímetros. De mantenerse en este volumen pueden conciliarse las tareas de cosecha con las recargas del perfil para una eventual implantación de granos para la fina. Favorablemente no se han venido observando los peligrosos sistemas precipitantes que han generado graves inconvenientes en áreas del NOA.

Las temperaturas se mantuvieron dentro de los rangos de valores estadísticos durante el mes de marzo, tanto los valores de máxima como de mínima. Si bien se detectaron algunas jornadas con marcas típicamente veraniegas a comienzos y finales de mes, la segunda decena de días del mes pasado tuvo características más bien otoñales, con algunas irrupciones de aire fresco que balancearon los promedios, convergiendo los mismos hacia valores normales. Se insinuó una transición estacional que no logró asentarse, pero estimamos que fue una señal que pronto resurgirá con nuevos pasajes frontales que terminaran aportando aire más fresco y seco

La evolución de las reservas de la zona algodonera, presentó oscilaciones a lo largo de la campaña. Sin embargo, durante la mayor parte del período en que el cultivo tuvo importante nivel de demanda, la humedad estuvo a la altura. Estimamos que este factor no es menor y el mismo debería reflejarse en buenos resultados. Los cultivares de soja dentro del NEA también se han beneficiado por el comportamiento de las precipitaciones.

El potencial efecto negativo de una sobreabundancia de precipitaciones en este mes de abril no aparece como un riesgo determinante. Se prevén precipitaciones que pueden ser importantes durante el fin de semana próximo, no obstante, estas precipitaciones se perfilan como oportunas de cara al desarrollo del mes y con vistas a lograr el objetivo de los cien milímetros que exige la estadística del mes de abril.

De observarse un pasaje frontal pleno, con cambio de masa de aire, lo que debe manifestarse en la segunda quincena del mes es la transición estacional, momento en que la cosecha gana ritmo y en esta ocasión debería ser acompañada por buenas condiciones del tiempo.

Como mencionamos, el corto plazo parece traer buenas precipitaciones para la zona, la cuales no están fuera de lugar dado que el mes de abril debe lograr recargas del perfil que de no producirse son más difíciles de lograr durante el mes de mayo. Por otra parte no se están previendo eventos capaces de generar los inconvenientes asociados a la sobreabundancia de agua que ha prevalecido en este último período en el NOA, lo cual en tiempos de cosecha pueden ser muy perjudiciales

A mediano plazo, la situación tendería a regularizarse con un arribo de los perfiles de suelo con buen contenido de humedad para el inicio de una nueva campaña de granos finos. De fondo el indicador El Niño parece constituirse como el forzante climático de mayor peso. El mismo recién podría considerarse como un factor de influencia sobre la provisión de agua recién para comienzos de la primavera.

Por lo pronto no hay nada que augure un escenario tan problemático para la cosecha como el de las últimas campañas. Es normal que la frecuencia de nieblas y el ambiente húmedo de las primeras horas de la mañana quite horas de trabajo efectivo, sin embargo no se perfila una situación pluvial que pueda derivar en la persistente falta de piso que se dio en campañas anteriores y que tanto demorara el final de cosecha.