Empecemos por comentar lo que, a esta altura, es obvio. Hagámoslo para que el análisis sea más completo.

¿A qué nos referimos con lo que es obvio? Al porqué el valor de la soja (y en general de los granos y subproductos) sigue en baja.

La cosecha en Brasil sigue avanzando y, al hacerlo, revela volúmenes históricos. Siguen aumentando las proyecciones de cosecha. Ahora muchos estiman una producción cercana a 113 millones de toneladas. Realmente impresionante.

Distintos estimaciones revelan que los productores de Brasil habrían vendido del 50%. Es un ratio inferior al de años anteriores, porque los productores prefieren aguardar por mejores precios.

En nuestro país, también caminan las cosechadoras, ya en la zona núcleo norte. Avanzan a paso lento, por las continuas interrupciones que provocan las precipitaciones.

Se estima que a nivel nacional tan sólo se ha avanzado sobre un 3% de la superficie de soja. La demora es muy visible en relación a otras campañas.

Las trilladoras, ahora detenidas por el mal tiempo, han cosechado sojas con rindes superiores a 42 QQ por hectárea. Es que aquellas partes que no sufrieron encharcamientos, están dando elevados rindes.

Las malas noticias siguen.

¿Hay más? Lamentablemente, sí. La intención de siembra estadounidense, ahora ha sido proyectada en 36,21 millones de hectáreas, por arriba del área de 35,61 millones anticipada por el USDA en su Foro Anual de febrero, y un 7,3% de la superficie de 33,75 millones de la campaña 2016/2017.

El USDA acaba de publicar que, de acuerdo a las encuestas a los productores, se sembraría cerca de un 3% más de lo que se esperaba.

Así las cosas, es posible que el volumen de cosecha para EE.UU. llegue 125 millones de toneladas.

Muy bien… salgamos ahora de lo obvio.

Si lo hacemos, encontraremos algunas pautas positivas para los precios.

En primer lugar, la fortaleza del dólar parece que se está interrumpiendo.

El índice dólar ha cerrado el primer trimestre con pérdidas de casi el 3%. La explicación podría venir de las crecientes dudas sobre si la Administración de Trump podrá impulsar la economía de EE.UU. y permitir ajustes de la política monetaria por parte de la Reserva Federal. Por ahora, se ve difícil que este organismo vuelva a subir la tasa de interés. Al menos en lo inmediato.

Peso a todo lo proyectado. Marzo muestr una tendencia declinante del dólar respecto a las demás monedas. Observemos, por ejemplo, el gráfico del valor del dólar respecto al euro.


Desde el día 27, el dólar ha estado en caída. Si la tendencia continúa, aunque sea levemente, la demanda habrá de fortalecerse. Y así los precios mejorarían. Un poco, al menos.

También hay que tomar en cuenta la resistencia de los productores argentinos a desprenderse de soja (y de granos, en general) con los valores que rigen actualmente.

Resulta difícil para un productor vender soja cuando el precio está por debajo de $4.000.

No sorprende que lleve vendido tan sólo 10,61 millones de toneladas, que representa el 18,7% de la cosecha estimada en 56,5 millones de acuerdo a la información dada por la Bolsa de Cereales de Buenos Aires.

Finalmente, es posible que el valor del dólar respecto al peso comience a subir. ¿Por qué? Pues porque la entrada de dólares por el blanqueo está finalizando.

Si el dólar comienza a apreciarse respecto al peso, los valores deberían mejorar en esta última moneda.

¿Habrá que esperar entonces? Lo más conveniente luce aguardar a que los diferentes mecanismos de la demanda actúen favor de los precios.