Desde las fuertes inundaciones de enero último, cuando el precio logró un pico, a un nivel que no se veía desde julio del año pasado, los valores han seguido un derrotero claramente negativo.

A medida que mejoraba el clima durante febrero y marzo y en tanto se iba conociendo los rindes logrados en Brasil, el precio fue perdiendo posiciones a paso acelerado.

La oferta sudamericana es proyectada en gran volumen sobre todo por el aporte de Brasil que se estima en alrededor de 108 millones de toneladas.

Además, a pesar de lo que se estimaba en enero, hoy se proyecta para nuestro país algo así como 55/56 millones de toneladas. El USDA por ejemplo habla de una producción en 55,5 Mt.

Así, los stocks mundiales de soja quedarán en 82,8 millones de toneladas. Esto es 2,4 millones de toneladas más que en las anteriores estimaciones.


Respecto a nuestro país, la trilla en el área núcleo empezaría después del 20 de marzo. Y durante abril las cosechadores marcharán, si no hay inconvenientes climáticos, a todo vapor.

Ello significa que para abril, la mercadería estará en el circuito comercial. Aunque es de prever que los tenedores de soja, vendan en cuenta gotas, con el apoyo de los silo-bolsas.

El gráfico de más abajo muestra la evolución de la soja en el mercado de Chicago. Arranca en los primeros días de abril de 2016, cuando el precio giraba en torno a USD 330 por tonelada. Y finaliza el último día de febrero de este año, con el precio a cerca de USD 360.

La tendencia negativa es visible.

Si observamos lo sucedido el año pasado, veremos que, una vez iniciada la cosecha, los valores recorrieron una pendiente negativa muy acentuada. Pero a partir de la mitad del año comenzaron a elevarse. Y en forma abrupta, para volver a caer en agosto.

Lamentablemente, la fase de exceso de liquidez en el mundo -que permitió una visible mejora en los precios de los commodities- parece terminada. No olvidemos que un dólar fuerte significa menor demanda.

Y el dinero en el mundo es menos barato. La Reserva Federal anunciaría, este miércoles, una suba en la tasa de interés.

Otra cosa es importante. Hay que tomar en cuenta que los fondos de inversión no dependen totalmente del mercado agrícola. Cuando los valores comienzan a caer, los inversores toman conciencia de la existencia de otros negocios con mayores beneficios. Así tienden a salir de sus posiciones y a vender; ello acentúa el proceso de disminución de los precios agrícolas.

En tal caso, no resulta probable que se repita el alza de precios registrada durante junio y julio del año pasado.

Evolución del precio de la soja

Fuente: Puente