Soy asesor en el sudeste de Buenos Aires, donde, al igual que en el resto del país, vemos que ya no podemos hablar de malezas sin hablar del sistema. La Argentina es pionera en siembra directa, condición necesaria pero no suficiente para una agricultura sustentable.

Junto con la rotación de cultivos y otras buenas prácticas agrícolas, es el sistema que mejora el balance de carbono y el uso del agua, además de reducir la erosión de suelos y el uso de combustibles fósiles.

La debilidad de la siembra directa es el aumento en el uso de herbicidas y somos conscientes de ello. Esto se ha profundizado a partir de un sistema simple y recetado: monocultivo con barbechos químicos.

Debemos disminuir el uso de herbicidas sin perder los beneficios que nos dio la siembra directa y sin que las malezas sigan venciéndonos. Acá despega el manejo integrado de malezas. Hoy el foco lo estamos poniendo en sistemas de cultivos (rotaciones) para que la mayor parte del año compitan con las malezas, mejoren el uso del carbono, el agua, los nutrientes y reduzcan erosión. Cultivos de cosecha y de cobertura, para transitar una intensificación ecológica de la agricultura.

Para complementar las rotaciones, el foco también lo ponemos en sistemas de detección de malezas para realizar un control selectivo. Una vez detectada la maleza podemos decidir qué hacer con ella, pero sabemos que esa práctica la realizaremos no en todo el lote, sino en la superficie cubierta por malezas. Acá viene el 2x2. Dos posibilidades de detección: una que ya existe en el mercado que detecta plantas y otra que por medio de cámaras podrá diferenciar malezas de cultivos y malezas de otras malezas, por sus formas. Y dos posibilidades de control: químico mediante la aplicación de herbicidas o físicos.

En 2001 ya existían prototipos de robots que mataban malezas con electricidad, luego de haberlas diferenciado del suelo y del cultivo de lechuga por medio de cámaras que leen color y tamaño.

Hoy mediante el control selectivo ya podemos bajar el uso de glifosato y 2,4D al 40% en barbechos, con el uso de weed it o weed seeker. Y el día de mañana podríamos volver a bajar otro 60% en barbechos y dentro de los cultivos, al pasar de detección a diferenciación de malezas con las cámaras, pudiendo alternar con métodos físicos de control.

Es hora de mirar a los ojos a la naturaleza y pensar en sistemas complejos y creativos. La evolución de las especies y supervivencia del más apto ocurre todos los días. Los herbicidas se seguirán usando pero su vida útil será mayor porque se evitarán resistencias de la mano de sistemas complejos y la reducción de la superficie tratada nos permitirá usar moléculas que tienen costos demasiado elevados. Hoy existen dos empresas que detectan plantas y pueden pulverizarlas en tiempo real.

Para 2020 tendremos equipos que, además, podrán diferenciar cultivos de malezas y malezas de malezas. En estos proyectos hay empresas argentinas y extranjeras avanzado.

Somos referentes mundiales en siembra directa. Hoy debemos avanzar y ser referentes en sistemas complejos y creativos de la mano de rotaciones y control selectivo. El mundo necesita cuidar el ambiente. Y lo sabe.

Soy técnico de Lares SRL, empresa dedicada a la consultoría agrícola. En la actual campaña 2016/2017, el maíz tardío ocupa aproximadamente la mitad de la superficie de este cereal en el nivel país. Tal vez por ser relativamente nuevo en los esquemas de producción es motivo de grandes debates, tanto sobre la conveniencia de su inclusión en la rotación, como sobre los detalles de su planteo técnico.

El rendimiento promedio de maíz tardío es mayor al del maíz temprano en ambientes marginales, mientras que en ambientes de alta disponibilidad de recursos la situación se invierte. En el medio existe una gama de situaciones que vale la pena analizar a escala zonal y, dentro de cada zona, en los distintos ambientes de producción. Las evidencias son más robustas respecto de la estabilidad de los resultados, ya que el maíz tardío muestra menor variabilidad interanual en los rendimientos, tiene menores costos de producción y puede tener costos adicionales como el secado.

Existen híbridos desarrollados específicamente para siembras tardías. Los principales semilleros de la Argentina vienen trabajando hace varios años en mejoramiento para siembras tardías como ambiente objetivo. Es importante resaltar que no siempre los híbridos que tienen buen comportamiento en siembras tempranas se comportan de la misma manera en siembras tardías. Algunos rasgos que cobran mayor importancia en siembras tardías son la longitud del ciclo y la tasa de secado una vez alcanzada la madurez fisiológica; la propensión al vuelco y al quebrado; el comportamiento frente a enfermedades foliares, y los eventos para el control de gusano cogollero.

En lo que respecta a la densidad de siembra, aspecto controvertido, cabe mencionar que hay menos información que para siembras tempranas. En muchos casos se están usando densidades ultra bajas (ejemplo 30.000 pl/ha), obteniendo buenos rendimientos, por lo que se infiere que esta es la densidad adecuada. Cabe preguntar en estas situaciones cuánto se dejó de ganar (¿si con 30.000 pl/ha rindió 7000 kg/ha, cuánto hubiera rendido con 60.000 pl/ha?).

El criterio para elegir la densidad de siembra debe ser el mismo que se utiliza para la siembra temprana: el rendimiento promedio esperado para el ambiente a sembrar. Si el rendimiento esperado es levemente menor al de un maíz de siembra temprana, entonces la densidad de siembra debe ser levemente menor. Por el contrario en ambientes restrictivos, donde el rendimiento del maíz tardío es superior, la densidad debe ser superior.

Para sumar complejidad al tema en cuestión, hay evidencias de importantes diferencias entre híbridos en la respuesta a la densidad. Los híbridos tienen rendimientos parecidos a densidades muy bajas y se empiezan a diferenciar conforme aumenta la densidad.

La fertilización nitrogenada es clave tanto en maíz temprano como tardío. Algunos estudios muestran que la cantidad de nitrógeno disponible (suelo + fertilizante) a partir del cual se maximizan los rendimientos es similar al de maíces tempranos. Sin embargo, generalmente los maíces tardíos tienen más nitrógeno disponible en forma de nitratos a la siembra, por el mayor período de mineralización y por las temperaturas durante el barbecho.

Este año escapa a las generales de la ley, ya que en amplias zonas se observaron valores muy bajos de nitratos del suelo, lo que se atribuye a lixiviación y desnitrificación por los excesos de lluvias, y a las bajas temperaturas de este invierno respecto de valores históricos.

Un capítulo aparte lo componen los maíces de segunda, sembrados sobre trigo o cebada en el mismo ciclo. En promedio el nitrógeno disponible a la siembra es menor y adicionalmente se mineraliza menos durante el ciclo del maíz respecto de uno sembrado sobre un barbecho largo.

Es importante considerar la fuente de nitrógeno, ya que los fertilizantes con alta proporción de nitrógeno amoniacal (urea) tienen mayores pérdidas por volatilización, la cual es fuertemente dependiente de la temperatura ambiente.