El precio de la soja cerró la semana con saldo bajista en el mercado local, producto -fundamentalmente- de la mejora del clima sobre las regiones agrícolas de la Argentina afectadas por inundaciones o anegamientos.

Ayer las fábricas ofrecieron $ 4350 por tonelada de soja disponible para la zona del Gran Rosario, sin cambios respecto del jueves, pero un 3,3% por debajo de los 3500 pesos vigentes el viernes anterior.

Si bien en operaciones particulares algunos compradores convalidaron hasta 4400 pesos, los vendedores volvieron a mostrarse esquivos ayer, dado que tras los $ 4600 alcanzados a mediados de la semana pasada, fueron pocos los interesados en cerrar nuevos negocios abajo de 4500 pesos. Según la plataforma oficial Siogranos, hasta las 20 horas se contabilizaron ventas por apenas 26.782 toneladas de soja para todas las terminales argentinas. El miércoles 18, cuando el precio tocó los $ 4600, la misma fuente relevó operaciones por casi 140.000 toneladas.

"Muchas de las tradicionales fábricas que negocian en el recinto de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) están paradas por mantenimiento y, por otro lado, como los márgenes de molienda son ajustados, la demanda intenta desinflar las cotizaciones para comenzar la nueva campaña en pisos menores a los actuales", explicó ayer Sofía Corina, especialista del Departamento de Informaciones y Estudios Económicos de la BCR.

El saldo bajista también comprendió a la soja de la próxima cosecha, que si bien ayer se mantuvo estable en 267 dólares por tonelada para el Gran Rosario, quedó un 1,84% por debajo de los 272 dólares propuestos por la demanda en el cierre del segmento comercial anterior.

La misma escena se replicó en el Mercado a Término de Buenos Aires (Matba), donde las posiciones mayo y julio acumularon bajas del 1,93 y del 2,04%, al pasar de 275 a 269,70 y de 279,70 a 274 dólares por tonelada.

En la Bolsa de Chicago la jornada fue mayormente negativa para la soja, por la presión bajista del aceite, pero sobre el cierre de los negocios los precios del poroto quedaron casi sin cambios. En efecto, los contratos marzo y mayo resignaron sólo US$ 0,09 y terminaron con ajustes de 385,54 y de 389,03 dólares por tonelada. En el balance de la semana, estas posiciones retrocedieron un 1,71 y un 1,60% frente a los precios vigentes el viernes anterior, de 392,24 y de 395,37 dólares. "Ante los pronósticos climáticos promisorios para la Argentina, esta semana comenzaron a tambalear las apuestas alcistas que venían construyendo los fondos de inversión", indicó Corina.

Acerca del aceite de soja, el contrato marzo en la plaza estadounidense perdió ayer US$ 4,41 y cerró con un ajuste de 755,52 dólares por tonelada. En la semana, esta posición perdió un 2,5% frente a los 774,92 dólares vigentes en el cierre del segmento anterior.

En cuanto al escenario de corto plazo para los precios de la soja, Corina explicó que frente a un panorama con mejores condiciones atmosféricas en la Argentina, la oleaginosa no encuentra señales alcistas en el ámbito internacional. "Por el lado de la demanda, los mercados chinos estarán cerrados hasta el 3 del mes próximo por las celebraciones del Año Nuevo Lunar. En tanto que en Brasil avanza la cosecha (como se amplía por separado) y se proyecta una producción récord histórica".

Para el mediano plazo advirtió que podría tener implicancias bajistas la mayor intención de siembra de soja en los Estados Unidos para el ciclo 2017/2018, en detrimento del área de maíz. "Los márgenes económicos de la oleaginosa actualmente se muestran más atractivos que los del cereal para los productores", indicó.

A todos estos factores se suma la incertidumbre que existe en torno de las medidas que tomará el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, en particular sobre la política de fomento a las energías alternativas, que complementen el uso de combustibles fósiles.

Hasta el momento sólo se conoció la decisión de la nueva administración republicana de postergar la entrada en vigor de las disposiciones tomadas por la Agencia de Protección Ambiental estadounidense durante la gestión demócrata, que planteaban un incremento en el uso de agrocombustibles (en forma particular el biodiésel en base a soja) en el "corte" con los combustibles fósiles. Lo que ocurra con este tema tendrá implicancias rápidas para la Argentina, que tiene a los Estados Unidos como el principal destino para el biodiésel, con exportaciones que en 2016 dejaron más de 1000 millones de dólares.