En primer lugar, porque hoy el ministro de Energía y Minería, Juan José Aranguren, apelará la resolución y esa mera presentación suspende inmediatamente la ejecución del fallo.

En segundo lugar, porque la semana próxima el Ente Nacional Regulador del Gas (Enargas), luego de haber realizado la audiencia pública hace quince días, publicará el nuevo cuadro tarifario. Y ese nuevo esquema incluirá no sólo a los consumidores residenciales, sino que también pondrá un nuevo tope al alza de tarifas para las pequeñas y medianas empresas, muy inferior al 500 por ciento de aumento que impugnó Apyme.

Militante y con juego propio

En otras palabras, cuando se conozca el nuevo cuadro tarifario, la resolución del juez Vaca Narvaja no sólo habrá sido apelada, sino que, además, devendrá abstracta. O sea, las pymes tendrán que pagar el aumento. No el incremento del 500 por ciento, sino otro menor, que se conocerá la próxima semana. Pero será un reajuste al fin.

Por eso, la resolución dictada ayer por el juez nombrado en 2014 por la presidenta Cristina Kirchner -sobrino del histórico líder montonero- es aparentemente espectacular y de aplicación en todo el país, pero quedará reduida a muy poco. ¿Cuál será entonces el efecto del fallo a partir del nuevo cuadro tarifario?

La discusión, por lo tanto, quedará encapsulada a lo siguiente: la Justicia deberá decidir si el Estado tiene derecho a cobrarles a las pymes el aumento del 500 por ciento devengado entre abril y noviembre o si, por el contrario, el Gobierno tiene que dar por perdidas esas sumas. Todo en un juicio muy largo, que algún momento quedará en el olvido.