La experiencia reciente no contribuye demasiado a descifrar el futuro, ya que el mercado de Chicago viene operando con mucha volatilidad, alternando semanas de subas eufóricas con posteriores bajas significativas. Si bien los precios siguen fundamentos claros, predomina un comportamiento mayormente especulativo.

Las medidas de estímulo monetario en China y las marchas y contramarchas de la FED han generado un humor cambiante en los traders. El volumen que introdujeron los especuladores en el mercado de Chicago en lo que va del año ha sido notable. No en vano las estadísticas del CME muestran un crecimiento del 18% en la operatoria de futuros de soja en los primeros nueve meses de 2016 frente al mismo período de 2015.

Los más pesimistas aseguran que el mercado no ha descontado enteramente la previsión de cosecha récord en el hemisferio norte, pudiéndose alcanzar el piso recién cuando la trilla muestre un avance del 50-60% del total. Eso no ocurrirá hasta el 15-20 de octubre. Asimismo, creen que las estimaciones de rendimiento promedio para Estados Unidos tienen margen para seguir subiendo, con posibilidad de llegar a 51 bu/acre (34,3 qq/ha). Refuerza esta posibilidad el hecho de que las primeras evidencias a campo son realmente alentadoras.

Del otro lado, los alcistas argumentan que la demanda está firme y que los precios rápidamente incorporarán una prima climática ante la incertidumbre que rodea a la campaña sudamericana. Cabe recordar que el salto productivo de 7,4 Mtn que se espera en Estados Unidos por la mayor cosecha se agotará en los primeros seis meses del ciclo comercial, fundamentalmente por vía de la demanda externa. Las exportaciones de soja del país del norte totalizaron 39,9 Mtn entre septiembre y febrero 2015/16, esperándose ahora no menos de 45 Mtn para el mismo período de 2016/17. Los países importadores necesitarán proveedores alternativos a partir de marzo.

A muchos analistas los deja tranquilos el hecho de que la relación de precios soja/maíz se acomodó en un nivel que evitará una caída significativa de la superficie en el hemisferio sur. En Brasil la soja avanzará este año unas 400.000 hectáreas, fundamentalmente en el norte y oeste, pero en Argentina seguramente las perderá. En Uruguay la caída de superficie podría ser alrededor de 10%, mientras que en Paraguay se esperan unas 200.000 hectáreas más.

En Argentina hay alternativas más rentables, como el maíz o el girasol, mientras que en Brasil tanto el encarecimiento de los insumos como la carga de los costos financieros limitan el crecimiento de la soja. En términos agregados, queda claro que la expansión regional de cultivo se frenará este año y posiblemente también en 2017/18. Esto deberá cubrirse con mayor área de siembra en Estados Unidos el año próximo. La primera proyección de Farm Futures anticipa allí unos 700.000 acres –poco menos de 300.000 ha- más en la próxima primavera boreal.

Las proyecciones de año Niña que condicionaría la campaña sudamericana han perdido fuerza y todo parece indicar que el empuje de la demanda de China será menor que en otras campañas. El USDA anticipa que las compras del gigante asiático crecerán sólo 3,5 Mtn en 2016/17 frente a 6 Mtn de promedio en los últimos seis años. Pareciera que un rally alcista duradero sólo será posible si hay inconvenientes de oferta, como sucedió el último otoño.

El productor es consciente de esto y toma las oportunidades de venta que emergen con la suba de los precios a cosecha. Los forward a u$s 260/ton, que en los últimos días han quedado fuera del rango de la demanda, generan buen margen de rentabilidad en diversas zonas. Otra alternativa es cerrar precio e invertir en opciones call. Valores de ejercicio entre u$s 280 y 290 no requieren una inversión tan significativa y otorgarán gran margen de beneficio si el 2017 nos sorprende con mejores precios para la oleaginosa.

Por Guillermo Rossi de Big River
Fuente: Noticias Agrícolas