La Asociación de Semilleros Argentinos (ASA) considera que el proyecto por el Ministerio de Agroindustria para la modificación de la Ley de Semillas (Ley 20247 y el Decreto 2817/91), presentado esta semana desalienta el clima de inversión, pone en riesgo el empleo en la industria y su cadena, incluyendo al propio productor argentino que queda en desventajarespecto de sus pares de otros países de la región en relación al acceso a la tecnología.

La semana pasada el Presidente Macri participó en la Cumbre del G20, reunión en la que estuvieron presentes las máximas economías del mundo. Junto a otros empresarios, ASA acompañó al Presidente en este encuentro apostando al fortalecimiento de la industria semillera nacional. Desde ASA celebramos los esfuerzos del gobierno argentino para reinsertar al país en el mapa de las inversiones y la búsqueda de nuevas oportunidades y estamos convencidos que el proyecto presentado no responde a los objetivos de integración con el mundo y desarrollo sostenible planteados por el Presidente.

En primer lugar el proyecto no es superador del actual marco normativo, al no promover el mercado legal de semillas, la venta de semillas fiscalizadas, ni establecer mecanismos fiables de control necesario para transparentar el mercado.

Asimismo el texto presentado desalienta las inversiones para el desarrollo e investigación de nuevas variedades y la introducción de nuevas tecnologías al mercado local tan necesarias para alcanzar los objetivos de producción planteados por el sector agrícola argentino. Esto trae aparejado una clara disminución de la capacidad de la industria para sostener y generar puestos de trabajo calificado.

ASA considera, que el proyecto presentado esta semana pone en riesgo acuerdos internacionales firmados por Argentina en cuestiones de propiedad intelectual. ASA entiende que el texto avanza sobre derechos amparados por la Constitución Nacional y tratados internacionales, generando inseguridad jurídica lo que afecta al desarrollo de la industria semillera nacional.

Creemos que avanzar con una ley sin consensos, es retroceder en los avances que dimos en esta campaña, promover la inseguridad jurídica, la desinversión y la destrucción de empleos genuinos. Debemos trabajar en un proyecto de ley que le brinde a la agricultura un marco regulatorio para los próximos 20 años. Estamos seguros que este gobierno podrá abrir un espacio genuino de dialogo que hemos reclamado desde el inicio y no hemos tenido eco hasta la fecha.