La participación del Estado en la renta agrícola es la más baja de los últimos 10 años producto de la combinación de la liberación del cepo al dólar, la rebaja de las retenciones y la mejora de los precios internacionales del último trimestre.

Hoy el Estado se lleva (vía tributos nacionales y provinciales) el 65,8% de cada cien pesos que produce una hectárea agrícola, según datos de la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (Fada).

En diálogo con La Nación, el economista David Miazzo, coordinador de investigaciones de Fada, estima que ese valor se estabilizará en esos niveles hasta fines de año.

Si bien la participación del Estado en la renta cayó, en pesos efectivos recibe 66 por ciento más que el año pasado por hectárea.

El productor paga $ 5375 de impuestos por hectárea, cuando hace un año ese valor era de 3230 pesos. Incluso, Miazzo indica que ese aporte fiscal podría ser aún mayor ya que parte de las retenciones iban a otras partes de la cadena de producción, mientras que ahora llegan al Estado principalmente vía Ganancias.

Respecto de la mejora del tipo de cambio, el economista admite que la suba de los costos -que estima para el sector en 45 por ciento interanual hasta junio- "se comió buena parte de la devaluación". Calcula que, hasta fin de año, los costos de producción podrían subir hasta el 60 por ciento.

Sin embargo, insiste en que para cultivos como el maíz y el trigo el tipo cambio efectivo mejoró "mucho" al quitársele las retenciones y las autorizaciones de exportación. "El año pasado un productor de maíz recibía un dólar de seis o siete pesos y hoy es de 15", explicó.

La fuerte mejora que registra la rentabilidad del maíz, hace que FADA proyecte un aumento del área maicera de al menos un millón y medio de hectáreas.

En el caso del trigo, el ingreso neto por hectárea duplica en pesos al promedio de 2015, lo que impacta de manera directa en la ecuación económica.

La superficie sembrada de trigo podría expandirse un millón de hectáreas porque, a la mejor rentabilidad, se le agrega la necesidad de "consumir" agua vía el cultivo en muchas zonas del país que están todavía afectadas por las mayores lluvias de este año.