En pleno mercado climático estadounidense, la única certeza es la volatilidad, el resto es efímero. Y la soja dio cuenta de ello ayer, dado que concluyó la primera rueda de negocios de la semana en la Bolsa de Chicago con subas del 2,7%, tras cerrar el segmento comercial anterior con pérdidas acumuladas próximas al 5%.

Pese a las lluvias que se registraron durante el fin de semana sobre varios de los Estados productores de soja y de maíz, e incluso a pesar de la nueva apreciación del dólar frente al euro (la paridad pasó de 1,1106 a 1,1022), en una continuidad de las consecuencias del Brexit, los fondos de inversión especuladores optaron por centrar su atención sobre los pronósticos para la segunda mitad de julio, que ayer auguraron la posibilidad de tiempo seco para el Medio Oeste de los Estados Unidos, en momentos en los que la soja estará definiendo su potencial de rinde.

Detrás de esa sola posibilidad, los especuladores se lanzaron a comprar y se quedaron con unos 11.000 contratos de la oleaginosa, equivalentes a casi 1,5 millones de toneladas. Con esa reacción de los inversores, más algunas compras de ocasión de quienes se sumaron a la ola alcista, las pizarras de Chicago mostraron al cierre de la jornada alzas de US$ 11,02 y de 10,37 sobre los contratos julio y agosto de la soja, cuyos ajustes resultaron de 416,31 y de 415,11 dólares por tonelada.

A diferencia del cultivo de maíz, que ya puede capitalizar las buenas lluvias de los últimos días -su precio casi no se movió ayer tras caer un 12% durante la semana pasada-, el momento agronómico clave para la soja se iniciará durante la segunda mitad del mes próximo en EE.UU., razón por la cual los fondos se permitieron especular con lo que pueda ocurrir entonces y devolverle a la oleaginosa parte de la prima de riesgo climático restada durante el segmento comercial precedente.

No obstante, como se señaló anteriormente, esta percepción alcista de los fondos puede afirmarse o revertirse súbitamente con los sucesivos pronósticos meteorológicos. También influirán sobre el rumbo de los precios los informes que el USDA publicará pasado mañana sobre existencias estadounidenses al 1º de junio y sobre las superficies efectivamente implantadas en el ciclo 2016/2017 (como se amplía por separado).

Frente a tanta incertidumbre, la recomendación de los especialistas para quienes quieren reducir la exposición al riesgo que conlleva cada mercado climático continúa siendo la utilización de las herramientas de los mercados de futuros y de opciones, que permiten fijar un piso sólido a las expectativas de precios y, a la vez, dejar abierta la chance de capitalizar eventuales mejoras.

Subas domésticas

En el mercado local la soja también se negoció con saldo positivo por la combinación de las subas externas; la devaluación del peso frente al dólar, y de la necesidad de las fábricas. Si bien en el inicio de la rueda la oferta abierta de los compradores fue de US$ 4200 por tonelada de la oleaginosa para la zona del Gran Rosario, buena parte de los negocios se hizo a $ 4300, con una mejora de hasta 300 pesos. Fuentes del sector comercial indicaron que durante la rueda se comercializaron unas 100.000 toneladas.

Las mejoras también se reflejaron en Bahía Blanca y en Necochea, donde los interesados propusieron 4300 y 4200 pesos por tonelada de soja, 300 y 200 pesos por encima de los valores vigentes en la rueda anterior. En todos los casos, los precios asignados a la oleaginosa quedaron por encima del FAS teórico, que fue calculado por el Ministerio de Agroindustria de la Nación en 4019 pesos por tonelada.

En el Mercado a Término de Buenos Aires (Matba), las posiciones julio y noviembre de la soja sumaron US$ 4,80 y 3,70, mientras que sus ajustes fueron de 292,30 y de 302,50 dólares por tonelada.

Urgencias

Por maíz argentino ayer los exportadores pagaron valores con mejoras de entre 100 y 200 pesos por la necesidad de conseguir los lotes suficientes para completar embarques inminentes. Así, para la zona del Gran Rosario y para Necochea los valores partieron de $ 2500, pero alcanzaron registros de hasta $ 2700. Para Bahía Blanca el repunte fue de 2400 a 2500 pesos. El FAS teórico ayer fue de 2476 pesos por tonelada.

El maíz de la próxima cosecha se mantuvo estable en US$ 160 para Rosario, pero bajó de 163 a 160 dólares para Bahía Blanca, y de 155 a 150 dólares para Necochea.

En el Matba, las posiciones julio y septiembre del maíz subieron US$ 4,50 y 2,80, mientras que sus ajustes fueron de 174,50 y de 172,80 dólares.

Respecto del trigo, los exportadores pagaron ayer $ 2450 por tonelada para la zona del Gran Rosario y para Bahía Blanca, y $ 2400 para Necochea, $ 50 por encima de los valores vigentes el viernes. El cereal de calidad osciló de 185 a 195 dólares.

La Bolsa de Cereales de Buenos Aires informó que los consumos pagaron entre 2450 y 4200 pesos por tonelada, según calidad, procedencia y forma de pago. El trigo de la próxima cosecha se mantuvo estable, en US$ 160 para Rosario y para Bahía Blanca, y en US$ 165 para Necochea.

Los cultivos siguen en muy buen estado

En su informe semanal sobre cultivos, el USDA ponderó ayer el 75% del maíz estadounidense en estado bueno/excelente, sin cambios respecto del reporte anterior, pero por encima del 68% vigente un año atrás y del 73% previsto por los operadores. Además, el organismo marcó el inicio de la etapa de polinización de las plantas, central para la definición del potencial de rinde. Ya atravesaron esa fase reproductiva un 6% de cultivos, contra el 3% de igual fecha de 2015 y el 5% promedio de las últimas cuatro campañas.

Acerca de la soja, el USDA ponderó un 72% de los cultivos en estado bueno/excelente, por debajo del 73% de la semana anterior, pero por encima del 63% vigente un año atrás. En este caso, el dato oficial coincidió con la expectativa de los operadores. El organismo añadió que pasó por la etapa de floración el 9% de las plantas, frente al 7% de igual fecha de 2015, y al 7% promedio.

Respecto del trigo, el USDA relevó el avance de la cosecha de las variedades de invierno sobre el 45% del área apta.