Para proyectar el futuro de la producción primaria, Santiago Fariña, coordinador técnico de Aacrea, enumeró algunos aspectos clave sobre los cuales los tambos deberán mejorar si se pretende crecer en la producción de leche.

Según Fariña maximizar la producción forrajera y una mayor eficiencia en la cosecha de la misma son la base para que con mayor carga animal se pueden elevar los niveles de productividad por hectárea.

No olvidó de mencionar el estancamiento e inclusive una reducción del rodeo lechero nacional como producto esencialmente de los niveles de mortandad en todas las categorías y de la alta tasa de descarte de vacas en producción.

Del lado industrial, Enrique Cartier, investigador del Iapuco, describió la estructura de las empresas elaboradoras marcando la alta participación de las pequeñas empresas monoproducto, que elaboran sólo quesos, en el total elaborado a nivel nacional.

"Cuando se analiza que diez empresas diversificadas elaboran el 55% de la producción y 664 pequeñas o miniempresas monoproducto manejan el resto es como tener dos mundos diferentes en un mismo país." agregó Cartier.

Así, el investigador y especialista en costos señaló que mientras las lácteas más grandes vienen trabajando en la continuidad de los cambios tecnológicos, en el aprovechamiento de las economías de escala y en la colocación de productos en nuevos mercados, existe en el caso del resto de las lácteas la necesidad de plantear una opción a su realidad a través de esquemas asociativos y un mejor aprovechamiento industrial de los sólidos lácteos.

Como conclusiones quedó la certeza que la creciente demanda mundial de lácteos a nivel mundial no esperará a que la Argentina resuelva sus indefiniciones sobre su rol exportador.

Otros jugadores más dinámicos ocuparán su lugar.