Durante los últimos días han mejorado a nivel regional las reservas y la disponibilidad de humedad de los suelos. Los registros pluviométricos más relevantes colectados en los últimos días corresponden a la zona Rafaela –Sunchales en la provincia de Santa Fe, donde ocurrieron lluvias del orden de los 135 y 216 mm de agua caída, respectivamente. Hacia la capital provincial se contabilizaron algo más de 80 mm y en Rosario 43.

La cobertura de estos eventos también se extendió hacia Entre Ríos, donde hubo valores de lluvia del orden de los 70 mm en Concordia, 90 en Concepción del Uruguay y Gualeguaychú y 70 mm en Paraná, entre otros registros de esa provincia.

En Córdoba se colectaron lluvias de aportes disímiles, en Capital hubo 50 mm, en la cercanías 80-90, en el norte de la provincia (V. de M. del Río Seco) 30, en la zona SE (Marcos Juárez) alcanza-ron los pluviómetros a marcar 74 mm. También hacia el sur de esta provincia hubo lluvias, pero de moderados milimetrajes, registrándose en Laboulaye 30 mm y en Río Cuarto 17.

Con aportes de lluvia de niveles regulares a algo abundantes, también se vieron beneficiadas amplias áreas de Buenos Aires y La Pampa. Tanto para Córdoba como para el O de Buenos Aires estas lluvias son muy beneficiosas para asegurar la salida de situaciones deficitarias en cuanto a la disponibilidad de agua. La figura muestra el evento de lluvias intensas registrado entre el jueves y el domingo en el centro de Santa Fe y el Norte de Entre Ríos y el Sur de Corrientes.

En el escenario descrito, y como breve síntesis general, se puede mencionar que se observa un buen repunte de las forrajeras y cultivos de invierno, y se siguen ampliando los niveles de reservas de agua en los suelos, generándose muy buenas expectativas para enfatizar la siembra de soja y maíces de segunda. En la zona oeste de la región central del país, el viento persistente que ocurrió casi diariamente, influyó negativamente en la continuidad de muchas labores a campo.

En la parte del Sudeste de la región central de país, que es la que está mejor posicionada, los trigos y cebadas, que al principio de la campaña venía demorados por escasear las lluvias, ahora se reponen, en algunos casos con baja cantidad de espiguillas, lo que podrá ser compensado haciendo un buen llenado de grano gracias a las oportunas lluvias. Asimismo en muchas zonas continúan las siembras de cultivos de verano: sorgo, mijo, moha y algo de maíz y girasol y las siembras de prima-vera de pasto llorón, mijo perenne.

Aún, muchas áreas del norte del país continúan con situaciones deficitarias en cuanto a lluvias, y muy pobre disponibilidad de agua en el suelos, en especial en Santiago del Estero, y Salta.

 

Índice de FUSARIUM en Trigo

 

En Argentina, el principal agente causal de la enfermedad conocida como fusariosis de la espiga de trigo (FET) es el hongo Fusarium graminearum.  La FET es una enfermedad que no sólo afecta al rendimiento y calidad de la producción granaría, sino también a la salud humana y animal por acción de las micotoxinas ligadas al hongo.

La naturaleza esporádica de la FET, asociada fuertemente al factor ambiental, estimula-ron el desarrollo de sistemas de pronóstico empíricos (Dr. Moschini—I. de Clima y Agua) para estimar la incidencia de la enfermedad, el índice de Fusarium y su distribución geográfica. Estos pronósticos identifican eventos infectivos por mojado de la espiga, combinando la ocurrencia de precipitación y altos registros de humedad relativa. Decisiones de manejo sanitario del trigo pueden tomarse al verificarse al menos dos eventos infectivos o períodos de mojado de dos días.

 

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